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- Bueno Mark, no sé qué hiciste, pero te debo la vida por traerme a mi hijo de regreso.-
                   
Yoona apoyó su codo en el sofá y su barbilla suavemente sobre su mano, observando a Jeno jugar con el pequeño Sun, dándole tiernos besitos en la pancita, mientras el pequeñito de ojos oscuros lo observaba y sonreía cada tanto, estirando sus manitos pequeñitas para tener contacto directo con el rostro de Jeno, acariciándolo, llenándolo de las pocas caricias que podían dar esos deditos tan delgaditos.

Según lo que Jeno había sospechado, los hombres no se llevaron a Sungchan por lo mismo que llenaba la gorrita de lana impidiendo que sus orejas se notasen, además de que su cuerpo estaba cubierto, por tanto su larga cola no dejaba ver tampoco. Así que ellos fueron directo a su Jaemin, sin tomarle importancia al bebé que en realidad. Si lo veían, debía de ser una mina de oro para ese desgraciado.
                                                                      
La idea de que John no supiera de su hijo, significaba que la persona que fuera que le había dado la información, no tenía entre sus planes hacer prosperar a John, de lo contrario le hubiera pedido más dinero a cambio de esa información adicional.
                                                                      
Jeno besó con ternura los labios de su pequeño en brazos, justo después todos escucharon el timbre de la casa de Yoona y se pusieron alerta. Haechan gruñó en el regazo de Mark, mientras Yoona se fue a abrir, sorprendiéndose ante la presencia de la chica que vio parada justo frente a sus ojos: Yeri.

- Buenas. - murmuró ella, claramente dudosa, jugando con la tira de su cartera. - ¿Se encuentra Jeno? Yo, uh, apenas llego de un viaje que tuve, recién me enteré de lo ocurrido por mi madre y tengo información que seguro él querría saber, claro... Si me permite pasar. Lo busqué en el hospital pero me dijeron que ya le habían dado de alta y...-
                                                                      
- ¿Qué sucede? -                   

Detrás de Yoona apareció Jeno, con sus dos muletas, ayudándole a no apoyar su pierna en el suelo, observó a Yeri, eso no le hizo ningún bien, en los ojos avellanas de la chica pudo encontrar la hermosa mirada que aún recordaba de su niño, eso fue demasiado para él.

Evitó observar los ojos de la joven, que ahora tenía el cabello de color naranjo. Ella mordió su labio, sin saber bien qué decir o hacer, aparte de entrar a la casa cuando Yoona le cedió el paso.
                                                                      
- Jeno, yo... Realmente siento lo que ha pasado, cuando mi mamá me contó, me dijo que lo sentía que ella... -
                   
- ¿Lo sentía? - Jeno olvidó por un momento el mal de su corazón, centrándose en la chica de nuevo, observando a Yeri retroceder lentamente, de seguro la mirada que le lanzó no fue para nada agradable. - ¿Cómo sabes que ha pasado aquí, Yeri? Esto no salió en las noticias.-

- Lo sé. - Afirmó ella, con más seguridad. - Por eso te digo que tenemos que hablar.-
                                                                      
Pasados unos minutos, Jeno guio a Yeri a la sala, donde se encontraban Mark y Haechan besándose, ambos se comportaron después de eso, aunque la palabra "comportarse" no entraba en el vocabulario de Haechan hasta él sabía que no podía actuar de esa forma y presumir que todo andaba muy bien con Mark cuando aún tenían que encontrar a Jaemin para traerlo de regreso con ellos.

Yeri se sentó con cuidado, sin dejar de presionar su cartera entre sus manos, hasta que todo se volvió silencio y ella entendió que tenía que hablar y que los dos chicos de más y Yoona no se moverían de ahí.
                                                                      
Porque era así, nadie dejaría solo a Jeno nunca más.

Neko Corporation - NominWhere stories live. Discover now