-ˋˏ19 ˎˊ-

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Jaemin observaba a Jeno hablar con su madre, así que, luego de asegurarse de mantenerlo en su campo de visión, pasó a enfocarse en su problema principal, en ese grupo de niños y niñas al frente suyo, que lo miraban peor que a algo raro, aunque tenían unas sonrisas como las de las muñecas feas que no le gustaban, de lado a lado, casi de oreja a oreja.

- ¿Meow? -Maulló suavemente, sin saber cómo comunicarse con los pequeños, observando la mirada de cada uno. Se supone que tenían que acercarse, pero Jaemin prefería oler primero al  niño de cabello bonito, Eric, antes que a los demás. Soltó otro maullido, tratando de mantener el contacto visual con el negro de los ojos de el pequeño, aunque ese color no era tan oscuro como el de su Jeno.

Una vez Eric entendió, tuvo una pelea con Doyoung porque el era el mayor, y quería ir primero, pero luego de que el niño de cabello bonito le dijera a su hermano que llamaría a Jeno, ambos se callaron. Eric se acercó a paso lento hasta el sofá donde se encontraba Jaemin aún con sus piernas encogidas hacía su pecho y sus manos descansando sobre sus rodillas.

El pequeño niño estiró su mano relajada hasta el rostro del gatito, obedeciendo lo que su hermano le había dicho sobre primero dejarlo olerlas, y Jaemin olfateó con sumo cuidado, hasta que hizo lo que antes con Mark, acercó su cabeza de tal modo que la mano quedó sobre sus rizos, y Eric comprendió que podía acariciar, así que lo hizo.

Los cuatro pequeños se cubrieron la boca para callar sus gritos llenos de emoción, mientras Eric soltaba un "Yaaass" en un susurro, tratando de no asustar a Jaemin. Para el minino estaba bien, el niño tenía manos pequeñas y se sentía genial cuando sus deditos pasaban por su cabello, o por el inicio de sus orejitas.

- Dodo, ahora acércate tú.-

Parecía que todos hacían una travesura juntos, puesto que susurraban para mantener la calma de Jaemin, en lo que este ronroneaba, disfrutando de las caricias, luego sintió otra mano cerca de su rostro y al abrir los ojos se encontró con otros negros parecidos a los de Jeno y una sonrisa amable.

- Hola, yo soy Doyoung, pero todos me dicen Dodo. ¿Tú cómo te llamas?-

Jaemin abrió la boquita, separando bien los labios y los pequeños tuvieron que aguantar otro grito al notar los adorables colmillitos superiores e inferiores en la boca del menor, antes de escucharlo hablar con la voz ronca e infantil. - Jaemin.-

Otra mano se posó sobre su cabeza y ahora fueron mucho más caricias agradables. Jaemin no tardó en cerrar los ojos y entregarse a las sensaciones, con suaves ronroneos, escuchando las risitas de los niñitos. Todo iba a estar bien, se dijo, meneando la cola de un lado al otro con tranquilidad.

                       【·。ʚ🥛ɞ。·】

Jeno observaba con una gran sonrisa como ahora sus cuatro hermanos tenían sus manitos sobre el cabello de Jaemin, aunque luego tendría que lavarlo, no quería que su bebé tuviera sus rizos sucios, eso contando las cosas que sus hermanos podían haber estado tocando antes, como la tierra del bosque entre alguna de sus travesuras o cualquier otra cosa, aún peor conociendo lo mucho que a Jaemin le gustaba verse bien, porque no era algo anormal el encontrar a su pequeño cuidando sus rizos, al parecer le gustaban mucho.

- Jeno ¿Estás siquiera escuchándome?-

Yoona llevaba dándole el sermón de su vida desde que la puso al tanto de todo, y el mayor ya había recorrido toda su casa con la mirada, fingiendo escuchar. No era que fuera mal hijo, sino que todo lo que le pudiera decir su madre ya se lo habían dicho, y por otro lado, el pensar en el "Hubieras" era algo que a él no le gustaba, ya estaba ahí, tenía al amor de su vida y un plan para estar juntos al menos por unos cien años. A él no le importaba mucho que tanto sermón pudiera hacerle su mamá.

Neko Corporation - NominWhere stories live. Discover now