-ˋˏ05 ˎˊ-

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Jaemin ya no se sentía tan seguro de lo que hacía, al menos no como antes. Él sabía, bueno, él presentía en su pequeño corazoncito que había hecho sentir mal a Jeno por algo y no quería eso. Jaemin deseaba que Jeno fuera feliz, no quería que terminara corriéndolo de su casa o dejando de darle los besos y mimitos que tanto le gustaban.

También quería seguir durmiendo en su cama. Oh sí, adoraba la cama de Jeno, pero por sobre todo, le gustaba acostarse sobre este y escuchar los latidos de su corazón. Por otro lado, el mayor olía muy bonito y eso se sentía bien, porque al olfatear a Jeno todo su cuerpo se relajaba, eso era bueno y se sentía correcto. O cuando Jeno lo besaba, definitivamente los besos y cariños del mayor eran la parte favorita de entre todas las nuevas experiencias de Jaemin. Y él no quería acabar con eso por sus metidas de pata.

Por su pequeña mente pasaron tantas imágenes de Jeno echándolo de la casa, quizás su amigo Mark le había dicho algo como que Jaemin era feo o que tenía piojos. Él no tenía piojos, lo sabía porque además de vivir en la calle por un tiempo, cuidaba mucho sus rizos, ya que eran lo único bonito que encontraba en su anormal forma.

O tal vez... Tal vez Jeno ya no lo quería por ser diferente. Lo diferente es raro, lo raro es feo y lo feo no le gusta a nadie, así lo entendía Jaemin.

                【·。ʚ🥛ɞ。·】

Una vez Mark se fue de la casa, quedaron solo Jeno y su gatito en el sofá, el mayor estaba algo sorprendido porque Jaemin no había querido sentarse en sus piernas cuando lo llamó, siendo que desde el día anterior era lo que más hacía, tampoco le había sonreído en todo el tiempo que Mark estaba ahí, pero eso no era lo importante, seguro fue causado por lo mismo, por la presencia de alguien que simplemente no era de la confianza del pequeño niño y por ello se sentía un poco incómodo.

Cuando él al fin se sentó en el sofá y con la casa completamente sola, jaló con cuidado a Jaemin del brazo y lo sentó a horcajadas sobre sus piernas, logrando que el gatito lo mire algo confundido, hasta que Jeno atrapó sus labios en un profundo beso al cual el menor no dudo ni dos segundos en corresponderle.

Jaemin amaba con locura a Jeno, simplemente por salvarlo y mimarlo, pero Jeno era extraño y la mente del minino no lograba comprender la mayoría de las acciones de su dueño.

¿Entonces Jeno no estaba enojado? Porque ahora lo besaba, y lo estaba haciendo muy bien. Jaemin dejó libre a su cola para menearse y sus orejas sacudirse debido a los estremecimientos de todo su cuerpo.

La lengua de Jeno se movía ya de manera experta por toda su cavidad bocal, por cada rincón de esta, escuchando sus pequeños jadeos, sintiendo las vibraciones de su cuerpo y, si se atrevía a entreabrir los ojos, podía observar con claridad el temblar de las cejas del pequeño. Tan hermoso, tan precioso, tan malditamente sexy y frágil.

-Ñam..- Un pequeño maullido salió de los labios de Jaemin una vez colocó una de sus manos en el pecho de Jeno, alejándolo un poco para poder respirar. Las mejillas del menor estaban rojas, ni siquiera rosadas, simplemente rojas, mientras este tenía la punta de la lengua fuera y jadeaba ante la mirada llena de lujuria de Jeno. Jaemin ya sentía su entrepierna molestándolo de nuevo y sabía y comprendía, por los ojos ahora mucho más oscuros del mayor, que esta vez esto sería diferente que todas las otras veces.

No alcanzó respirar por demasiado tiempo porque antes de siquiera esperarlo, ya Jeno volvió a cazar sus labios con hambre y el felino se derritió por completo, dejándose llevar. -Respira por la nariz, amor.- Le dijo el más alto cuándo se separó únicamente para mordisquear su labio inferior y tras un asentimiento de este, lo besó otra vez, dejando que sus manos bajen hasta el pequeño y duro trasero de Jaemin, acercándolo más a su cuerpo.

Neko Corporation - NominWhere stories live. Discover now