Capitulo III: Percances en el Dorm V/VI

132 38 40
                                    

V

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

V

Aren

Después de que Ariana y yo comiéramos algunos peces asados, y Keysa se alimentara de su dieta habitual consistente en bayas, flores y raíces, montamos la tienda entre dos grandes abetos. Ariana creó una barrera con forma de domo sobre ella que nos mantendría lejos de la vista de cualquier forastero que pasara cerca.

Con la excusa de que pudiera recuperarse por completo de su borrachera, yo haría el primer turno (y también el segundo por qué no pensaba descuidarme con la sorcerina), así que vigilaba fuera de la tienda, sentado en una gran roca en la ribera del río mientras las mujeres dormían.

El bosque se mantenía en calma, solo el ulular de búhos se escuchaba en la oscuridad acompañado por el rumor tranquilo de las aguas.

Desde mi posición el cielo lucía magnífico, salpicado de brillantes estrellas, la luna comenzaba a llenarse indicando que pronto llegaría la siguiente lunación. Habían pasado seis desde que salí de Augsvert y el temor de que fuera demasiado tarde para ayudar a mi reina me asaltaba a menudo.

El ave hecha de sombra ya no estaba, pero no por eso bajaría la guardia. Cada vez me sentía más suspicaz con respecto Ariana. Si ella era un alferi, esa ave bien podría ser un mensajero de alguno de sus secuaces.

Por otra parte, al pensar en el Gefa grio, la teoría de que Ariana era un alferi perdía consistencia. El juramento la obligaba a ayudarme en mi misión y a no entorpecerla, de no cumplirlo el daño se lo haría a sí misma, así que no sabía que creer con respecto a ella, si era una aliada o un enemigo.

La repentina aparición de esa ave espía me inquietaba sobremanera. Aparte del misterio que entrañaba Ariana y su pelo blanco, también debía tener en cuenta la posibilidad de que alguien más aparte de los alferis desearan que Augsvert cayera. Reflexionando de manera detenida, podía imaginar varios motivos políticos para hacerlo.

Briön era uno de los reinos cercanos y se había negado a ayudar al igual que Vergsvert. ¿Acaso alguno de los dos tenía intereses en ver derrotada mi nación? Pues sinceramente les convendría a ambos. Augsvert era la región más fértil y próspera de toda Olhoinnalia, adjuntar su territorio sería una enorme ganancia económica para cualquiera de los dos reinos.

También existía la posibilidad, como había dicho Ariana, de que el haukr fuera de alguna banda de traficantes o asaltantes. Quizás así me habían robado antes.

Suspiré harto de reflexionar, el cansancio comenzaba a vencerme. Me bajé de la roca y caminé hacia el domo para buscar algo de la infusión de gingseng y granos amargos que Keysa preparara más temprano para mantenernos despiertos.

Coloqué mi mano sobre la barrera y esta desgarró una pequeña abertura como si de una cortina se tratara. La calabaza con la infusión estaba cerca, cuando iba a tomarla, un sonido me distrajo. Ariana, envuelta por cintas de humo de un rojo negruzco, se quejaba entre sueños.

Augsvert I: El retorno de la hechicera (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora