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El que un chica sin magia llegara a Night Raven College había sido noticia impactando a todos aquellos que se enteraban, en especial a los propios estudiantes de la academia. En primera, el simple hecho de que hubiera una chica en un colegio para hombres causaba revuelo entre ellos, buscando su atención intentando cautivarla y llevarse lo que ellos consideraban un tipo de premio mayor.
—Ugh... Estoy harta...
Suspiró cansada la azabache reposando su cabeza en la mesa de la cafetería, los dos estudiantes de Heartsbyul a su lado y el felino ya se habían acostumbrado a sus quejas diarias por el constante acoso que sufría.
—Ciertamente... Si llamas mucho la atención.
Opinó Ace para después darle un mordisco a su sandwich de queso.
—¡Descuide Prefecta!, tenga fe en que pronto todo el revuelo parará.
Intentó animar Deuce dándole una sonrisa de labios.
—Gracias, Deuce.
Le devolvió la sonrisa.
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Ese día las clases se habían pasado rápidamente dando lugar a la puesta de sol, la luz entraba por los ventanales del colegio y a penas y había estudiantes por los pasillos, el de cabellos azul oscuro era uno de ellos saliendo de su última clase, caminando tranquilamente hasta toparse con la única chica del colegio siendo acosada por otros estudiantes de primer año, en su mayoría pertenecían al dormitorio de Savanaclaw. No dudó dos veces y se aproximó rápidamente.
—¡Ustedes! ¡Déjenla sola!
Se posicionó frente a la más baja dejándola detrás de él, su rostro tenía esa expresión tenebrosa que solía usar cuando en verdad estaba molesto y que uno de esos chicos ya había presenciado, tiró de las ropas de sus compañeros y salieron corriendo.
—¿E-Está bien prefecta...?
Cuestionó Deuce dándose la vuelta y buscando algún indicio de violencia, si encontraba alguno juraba que podría ir tras ellos y sortear algunos golpes.
