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CAPÍTULO CUATRO┊❝𝗠𝗔𝗥𝗜𝗣𝗢𝗦𝗔𝗦 𝗬 𝗨𝗡𝗔 𝗥𝗢𝗦𝗔❞
SALÓN BASILWHETER; hacienda ancestral y hogar del Márquez, su madre, su tío, su abuela la viuda y... Un montón incontable de sirvientes.
—Vaya —dijo Lía con asombro al ver el hogar de Tewkesbury —. Apuesto que su sala es más grande que toda mi casa.
—Como lo acordamos, yo iré a hablar con su familia y tu estarás preparada por si necesitamos un plan B —Enola iba disfrazada de viuda, Lía por otro lado solo llevaba un gran sombrero para ocultar su cara.
Nunca se sabe, temía que uno de los sirvientes haya visto su rostro en el periódico y ahora quiera cobrar la recompensa.
Ambas bajaron del carruaje, Enola se dirigió hacia la hacienda y Lía se acercó hacia uno de los muchachos que estaban cortando arbustos en el jardín.
—Hola —le dijo al chico.
Él la miró por unos segundos pero se dió la vuelta y siguió cortando el arbusto —Estoy ocupado —dijo sin mirarla.
—Ya veo —vaciló pensando en el plan B —. Te pagaré 3 libras si respondes mis preguntas.
Bingo Pensó la castaña en cuanto el chico aceptó.
—Háblame del joven Márquez.
—Ya sé a donde te diriges —respondió el joven y Lía lo miró confundida —. Si te interesa saber, no está comprometido pero su madre no permitiría que una niña...
—Alto ahí —lo interrumpió algo ofendida ¿Niña? Tenía 16 años —. Quiero saber si le gustaba salir... ¿A dónde iba cuando se aburría?
—No aguantaba estar encerrado —respondió —. Iba al bosque.
—Eso es todo, gracias —pagó lo prometido al joven y espero a que Enola saliera, el plan B era buscar pistas en el bosque.
( . . . )
—Lo sabía —le dijo Lía a Enola en cuanto vio una casa del árbol que por obvias razones le pertenecía a él no tan tonto Márquez —. Vamos, hay que subir.
Estando arriba ambas empezaron a admirar la pequeña casa, Lía pasó su mano por una hamaca. Habían almohadas y sábanas todo acompañado de ese olor que Tewkesbury tenía tan... Peculiar.
—Aquí lo planeó todo —comentó Enola observando una cajuela llena de navajas y cuchillos.
—O tal vez eso es lo que quería que creyeran —habló esta vez su amiga mirando un libro con el titulo: TRABAJO PORTUARIO EN LONDRES —. No es tan estúpido como yo creía.
