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CAPÍTULO UNO┊❝𝗟𝗔 𝗙𝗔𝗠𝗜𝗟𝗜𝗔 𝗗𝗘𝗟𝗔𝗖𝗢𝗨𝗥 ❞
Unas horas antes...
LA FAMILIA DELACOUR ERA CONOCIDA principalmente por Cristóbal. Un hombre cuyo nombre era muy importante, el mejor periodista de Inglaterra, llevaba años tratando de llevar a su única hija por el camino del éxito. Intentó internarla en una escuela de modales para señoritas pero eso no funcionó, también contrató a la mejor institutriz del país pero eso tampoco funcionó.
Su hija era rebelde y él lo tenía muy claro, por esa razón no le quedó otro remedio que contratar a un guardaespaldas. Para asegurarse de que Lía mantuviera el apellido de su familia en lo alto, sin permitir que manchara la reputación de los Delacour.
—Estate quieta niña —exigió la modista apretando el vestido más de la cuenta.
—Va a dejarme sin oxígeno.
—Eso sería algo fantástico, así dejarías de moverte y podría terminar más rápido —luego de que Elena terminara de acomodar en vestido salió de la habitación y Lía aprovechó el momento para desatar el horrendo moño que llevaba en la cabeza.
—Ni se te ocurra salir con ese aspecto Lía —y ahí estaba, su peor pesadilla.
Su madre.
Se acercó y con algo de fuerza jaló el cabello de su hija para volver a hacer el moño.
—A veces puedes llegar a ser muy irritante mamá —con la mano firme Diana. La mamá de Lía, la tomó de los hombros para darle una vuelta y que ambas se mirarán.
—No vuelvas a dirigirte a mi de esa manera, soy tu madre y tienes que respetarme —reclamó con dureza, Lía no se asustó ya estaba muy acostumbrada a que Diana la reprendiera como para asustarse —. O voy a tener que tomar una medida de disciplina que no me gustaría darte Antuanet.
—No me sorprendería viniendo de ti —eso bastó para que Diana estampara su palma contra la mejilla de su hija, su rostro se giró levemente hacia la derecha desordenando nuevamente su moño.
—Tu padre y sus invitados te están esperando abajo, no te tardes —dijo mientras se acomodaba el vestido y daba paso hacia la puerta —. Y no quiero ningún comportamiento fuera de lugar.
Dicho eso se fue, Lía estaba en shock por lo que su madre le había hecho, aunque siempre la reprendia nunca la había tocado. Y eso, aunque ella sabía que lo merecía, no le pareció algo justo.
