Just Saying ↯ Enola Holmes

➶ ᎒ 𝗕𝗮𝘀𝗶𝗹𝘄𝗵𝗲𝘁𝗲𝗿 𝗮𝗻𝗱 𝗺𝗮𝗻𝘆 𝗮𝗿𝗿𝗼𝘄𝘀

CAPÍTULO DIEZ ┊❝𝗕𝗔𝗦𝗜𝗟𝗪𝗛𝗘𝗧𝗘𝗥 𝗬 𝗠𝗨𝗖𝗛𝗔𝗦 𝗙𝗟𝗘𝗖𝗛𝗔𝗦❞    

LA VIDA ESTA HECHA PARA ARRIESGARSE a veces, logramos superar esas pruebas tan difíciles que la vida nos pone en frente y tras veces, fracasamos. Pero eso no significa que no existe la posibilidad de levantarse para volver a intentarlo... Y sí, Lía estaba pensando todo eso mientras sus amigos se debatían entre ir o no a Basilwheter.

—Si quieren escuchar mi opinión, siento que ir a resolver el crimen y arriesgar nuestras vidas es una estupidez —Tewkesbury sonrió ante el argumento de Lía —. Pero, está más que claro que somos estúpidos así que iremos a resolver ese crimen.

Tewkesbury dejó de sonreír.

—Tenemos mucha suerte de seguir con vida —habló el chico asustado —. ¡¿Y ahora quieren que vayamos al lugar más peligroso para nosotros?!

—Es exactamente lo que haremos—volvió a hablar Antuanet.

—A veces Lord Tewkesbury —empezó a decir Enola mirando al nombrado —. ¡Hay que meter los pies en el agua para atraer a los malditos tiburones!

—¡¿Por qué rayos querríamos atraer tiburones?! —contraatacó.

No podemos argumentar nada ante eso.

—Buen punto.

—Si muero y alguno de los dos sobrevive, lleven mi cuerpo a un campo de flores blancas —dijo Lía suponiendo que, en el lugar que antes era el hogar de Tewkesbury, probablemente corrían el peligro de morir.

( . . . )

—Es una pesima idea —decía el pelinegro mientras entraban al salón Basilwheter —. Mientras más nos acercamos me parece peor.

—¿De verdad vas a seguir con eso? Mejor prepárate para morir —dijo Antuanet con diversión pero su sonrisa se borró en cuanto vió la cara de miedo que tenía el Márquez —. Lo siento.

—¿Por qué hacemos esto?

—A diferencia de las damas de sociedad, sin ofender —dijo Enola bajando del automóvil mientras miraba a Lía la cual hizo un ademán con la mano, restándole importancia —. A mi no me enseñaron a bordar, jamás hice arreglos florales, dobladillos o alguna de esas cosas. Me enseñaron a observar, escuchar, me enseñaron a pelear. Esto es para lo que me prepararon.

–Que maravilla —admitió la francesa mirando a la castaña sorprendida por esas habilidades que poseía.

Enola le regaló una sonrisa.