capítulo 7

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- ¿Se puede saber en qué estabas pensando? - dijo Pan con arrogancia, los brazos cruzados y una sonrisa de superioridad.

Aún seguimos en mitad del campamento, en la misma posición.

- creo que está muy claro en qué estaba pensando - le contesto de la misma manera, dando por entender que le estaba plantando cara.

- así que... Quieres volver con tu familia - dijo sin quitar esa sonrisa y alzando una ceja.

- repito, está claro, no me he pegado una caminata de horas para nada - digo obvia, me doy la vuelta dispuesta a irme.

- ¿Sabes que estamos en una isla, no? - dijo alzando la voz, me detengo al instante y después de unos segundos vuelvo a darme la vuelta.

- ¿Qué?

- bienvenida a Nunca Jamás - dijo Félix con otra sonrisa.

- ya... ¿Y eso es...? - sigo sin saber muy bien que tendría que causar esa información en mí. Félix iba a contestar pero Pan lo detiene.

- espera, espera, espera,... - el chico avanza hacia mi con una cara de sorpresa - ¿No sabes qué es Nunca Jamás? - yo niego con la cabeza - ¿Sabes quién soy? - dijo señalando se a sí mismo con las manos.

- si se quien eres, tu mismo me lo dijiste, ¿Eres Peter Pan, no?

- si, pero... ¿Ese nombre no te dice nada? ¿No te preocupa, no te infunde miedo o algo así? - dice un poco más alterado, yo niego con la cabeza. - ¿Tus padres no te contaron nada sobre mi?

- mis padres no me contaron nada sobre nadie, creí que ya lo sabías.

[...]

- ¿Puede alguno de los dos explicarme qué está pasando? - dije alterada mientras daba vueltas de un lado hacia otro.

Después de intentar procesar la información durante unos minutos, llegué a la conclusión de que no había procesado nada.

Estábamos Pan, Félixy yo en la cabaña del primero, Félix está sentado en una silla de madera algo cansado mientras que Pan está apoyado en la pared con los brazos cruzados con la misma cara de agotamiento que el rubio, mientras que yo estoy como una moto andando por toda la habitación de la cabaña haciendo un montón de gestos con las manos super exagerados.

- ¿Otra vez? - pregunto Félix incrédulo y exasperado.

- ¡Si! ¡Otra vez! Desde el principio - me siento en un sillón.

La noche ya había caído, hacia bastante que había oscurecido y que todos los niños se habían ido a dormir.

- yo no puedo más - Félix se levanta de la silla y camina hacia la puerta - encargate tú - abre la puerta y se va, no sin antes echarle una mirada de cansancio a Pan.

- ¿Y bien? - digo recostándome para ponerme cómoda.

- ¿Por qué no te vas a dormir... Y mañana hablamos con más calma? - dijo con el ceño fruncido.

- si quieres echarme de tu cabaña para poder dormir, dímelo - dije seca, está claro que estaba cansado y quería que me fuera.

- quiero dormir, porque llevamos horas aquí encerrados - camino hacia una mesilla, abrió un cajón en el que parecía haber ropa y sacó algo - y no vas a irte de la cabaña, voy a vigilar te , dormirás aquí - me tiró lo que parecía un pijama negro, yo lo agarre y lo observé.

- ¿Voy a dormir... Contigo? - dije con los ojos abiertos como platos, no estaba muy contenta con la idea de dormir con un chico desconocido con magia con alcance desconocido.

- ... - se dio la vuelta con una ceja alzada y una sonrisa - depende, ¿Quieres...?

- ¡No! - le interrumpí, el sé rió de mí y se dió la vuelta metiéndose en una habitación.

- hay una cama de sobra en la habitación de al lado. - escuché su voz desde la otra habitación.

¿La habitación de al lado? - pensé.

Yo cuando entre en la cabaña solo vi dos puertas, desde la sala de estar que era algo pequeña, había una puerta a la izquierda que daba a un baño y a la derecha una que daba a una habitación.

Giré sobre mis pies.

- una, dos... Tres - dije contando las puertas, fruncí el ceño y me dirigí a la puerta de más.

Al abrirla me encontré con una pequeña habitación, tenía una cama individual con mantas blancas, había una pequeña cómoda a la izquierda justo al lado de la pared, al fondo había una ventana con cortinas de un color azul Louis.

- ¿Te gusta? - me sobresalté un poco porque había aparecido de repente, di un pequeño saltito que me impulso hacia atrás chocando un poco contra su pecho. Me puse muy nerviosa e incómoda.

- eh, si c-claro - entonces se me vino una cosa a la cabeza y por curiosidad tuve unas ganas terribles de preguntar. Me aleje de él y le mire con los brazos cruzados y una ceja alzada. - ¿Por qué tienes un pijama negro de mujer?

- ¿puedo hacer que una habitación entera aparezca de la nada y tú me preguntas por un pijama? - dijo con el ceño fruncido y un tono de burla.

- ¿Entonces lo has hecho aparecer de repente? - digo con una ceja alzada.

- si - dice de mala gana para después irse y encerrarse en la habitación de al lado.

Prohibido (Peter Pan) *FINALIZADA*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora