Taliana... bueno, mejor dicho, La Reina... caminaba por el bosque en dirección al campamento, ni siquiera se había molestado en limpiarse las manos ensangrentadas, no quería ocultar que había sido ella quien había matado a esos dos niños y a la mentirosa de Tinkerbell. En realidad, parecía querer que cualquiera que la viera, supiera que había sido ella, porque el miedo de los próximos niños perdidos que se encontrase y que vieran sus manos y las gotas de sangre en su cara, se convertiría en terrorífica lealtad hacia ella.
Se detuvo en el sitio sacando una pequeña sonrisa ladeada cuando escuchó las pisadas de alguien justo detrás suya, se dio la vuelta para observar a su primer vasallo. Pero no le dio tiempo a esconder su sonrisa cuando Pan la empujó del pecho haciendo que su espalda chocara muy fuerte contra el tronco de un grueso árbol.
- ¿Qué has hecho? - preguntó serio.
- si ya lo sabes ¿por que preguntas? - contestó alzando una ceja divertida.
- me importa muy poco lo que le has hecho a Regina y a Tinker, pero no puedes matar a los niños perdidos. - dijo bajando su mano.
- está bien - contestó tranquila. Pan frunció el ceño echando un paso hacia atrás.
- ¿con quien estoy hablando?
- con la mejor - contestó. El chico ya había caído en la cuenta de que ella sabia lo de su doble personalidad, ya que no hacia nada por intentar ocultarlo. - la pobre Taliana esta ocupada - dijo con una amplia sonrisa.
- deberías ir a la cabaña ahora mismo - dijo sin saber que contestar a lo que dijo. Ella sonrió y dio un paso hacia Pan
- ¿no quieres venir conmigo? - dijo en un tono seductor, alzo las manos para agarrar la cara de Pan y besarlo, pero él agarró fuerte sus muñecas antes de que las yemas de sus dedos pudieran rozar su piel.
- me repugnas - escupió con asco, provocando que La Reina borrara su sonrisa.
Pan hizo que su humo de magia la envolviera solo a ella, llevándola a la habitación de la cabaña rezada a cal y canto. Él prefirió ir andando al campamento, tenia cosas en las que pensar.
La verdad ya había sido confirmada, el odio que le tenia a La Reina era tan grande como el amor que le tenia a Taliana. Pero necesitaba saber, si esas noches de lujuria, si esos comentarios des alocados, quien estuvo en esa cita "falsa", quien quiso curarle las heridas, quien corrió a salvarlo del loco de Escarcha,... necesitaba saber si eran de la chica a la que creía querer, o del monstruo que vivía dentro de ella.
Cuando llegó al campamento, los niños perdidos enterraban a un lado los cuerpos de sus dos compañeros. Félix se apresuró a su encuentro.
- ¿A sido Taliana? - preguntó con cierto toque de superioridad y de un claro "ya te lo dije".
- si... bueno, no... - se corrigió, el rubio frunció el ceño sin entender - más o menos... ya te lo explicaré. - dijo dándole unas palmadas en la espalda. Estaba dispuesto a seguir su camino pero Félix lo detuvo poniendo su mano sobre su hombro.
- los niños perdidos están nerviosos, creen que va a por ellos - explicó.
- pues diles que no es así - dijo obvio.
- deberías hacerlo tú, al fin y al cabo obedecen tus órdenes, no las mías, has estado demasiado tiempo desaparecido y ocupado con la chica... - Pan bufó con cansancio, su amigo tenía razón.
- ¡Escúchenme! - gritó firme, todo el campamento se quedó en silencio en menos de un segundo. - La Reina Malvada es quien los ha matado, pero ya me he encargado de ella, no tenéis de qué preocuparos, ahora volver a vuestras tareas, afilar las armas y reunir veneno... lo necesitaremos pronto - susurró lo último para si mismo mientras todo el mundo hacia lo que había mandado.
Pan fue directo a la cabaña, tenia la esperanza de que Taliana hubiera vuelto para poder hablar con ella sobre todo lo que estaba pasando.
Llamó a la puerta de su habitación.
- pase - se escuchó un murmullo ajetreado, Pan entró no muy convencido.
En la habitación no había nadie, en cambio la luz encendida del baño y el sonido del agua corriendo llamó la atención del chico, el cual se fue acercando a paso lento y sin hacer ruido.
Se encontró con ella, inclinada sobre el lavabo, con las manos debajo del agua frotándolas con ansias con la esponja una y otra vez, tenia lagrimas en los ojos.
- ¿Taliana? - dijo mirando la expresión de la chica. Ella levantó los ojos totalmente rojos y llorosos durante unos cortos segundos y luego volvió a mirar sus manos.
- lo siento - sollozó - y-yo no he sido... no... n...no p...puedo - tartamudeo nerviosa sin parar de frotar sus manos. - n...no se va - Pan se acerco a ella y cerró el grifo del agua, ella no dejó de intentar limpiarse pese a eso. - la sa...sangre...
- Tali... - susurró Peter rodeando las manos rojas de la chica con las suyas para intentar calmarla. Si no dejaba de frotarse, acabaría llegando al hueso. La chica lo miró con culpabilidad - ya están limpias - dijo mirándola a los ojos. - no hay sangre - dijo volviendo a abrir sus manos para que ella pudiera ver que ya no quedaba nada.
Ver a Tali tan confundida, triste y devastada lo mataba por dentro. Había estado tan concentrada en limpiarse la sangre de sus manos que ni siquiera se había mirado al espejo, para darse cuenta de las gotas rojas que tenia en la cara, y Pan agradecía que no lo hubiera visto, porque entonces si que se habría hecho daño de verdad.
- n...no lo e...entiendo - dijo rogándole a Pan una explicación que pudiera entender.
Pan, antes de decir nada, rodeó a Taliana con sus brazos y la atrajo hacia su pecho, ella después de unos segundos encerrada entre sus brazos, abrió los suyos para rodearlo a él también.
- lo siento - susurró de repente Pan. Tali se separó un poco para poder mirarlo a los ojos con el ceño algo fruncido.
- ¿El qué?
- entenderás por qué - dijo tranquilo. Luego, guío a Tali hasta la borde de su cama, donde ambos se sentaron - tengo muchas cosas que contarte antes de que te vayas.
- ¿Irme? - dijo aún más confundida.
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Siento haber tardado tanto, estoy con la family.Espero que os haya gustado el capítulo.
:)
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Prohibido (Peter Pan) *FINALIZADA*
FanfictionLa hija de el capitán Killian Jones y la salvadora Emma Swan. La ignorancia mata. "si ves ojos verdes, corre. - ¿Y si no lo hago? - puede que sea lo último que veas." "- ¡AHHHHH...! - escuché el gritó de dolor de mi madre, alcé la mirada para ver la...