Te daré la oportunidad (Rantaro x Wakiya) [continuación]

yo lo amo

—¡Wakiya!—grito Rantaro asiendo que este reaccionara y viera que un camión estaba por atropellarlo, eso asta que sintió como alguien lo empujaba, era Rantaro quien lo había empujado resiviendo el, el impacto de el carro el cual en lugar de detenerse y pedir ayuda simplemente escapó

—¡Rantaro!—grito Wakiya horrorizado corriendo a dónde se encontraba Rantaro para tratar de auxiliarlo, las personas presentes de inmediato llamaron a una ambulancia, Wakiya solo veía a Rantaro con culpa, lágrimas empezaron a correr de sus ojos callendo en las mejillas de su amado—t-te pondrás bien amor, y-yo, lo siento, debí ver por dónde iba...solo no me dejes, dejaré a Gimba, nos iremos solo tu y yo, seremos felices—decia entre sollosos, Rantaro que seguía consiente sonrió y tocó la mejilla de su smado, la ambulancia llegó y subieron a Rantaro a la ambulancia, Wakiya subió junto con el para acompañarlo

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—con está información es más que suficiente gracias—agradecio el Alcazaba a un detective que el mismo había contratado para poder investigar al padre de Orochi, sea como sea, sabía que el padre de este no era tonto y en cuanto descubriera todo lo mandaría a matar por haberlo traicionado

—sabes que esto es peligroso, en cuanto se entere el—no pudo terminar de hablar ya que fue interrumpido

—lo se, gracias por preocuparte Phi—agradecio Boa con una reverencia

—lo que sea por mi primo, tengo que retirarme, mi hermano me espera afuera—dijo antes de retirarse no sin antes abrazar a su primo—solo ten cuidado

—lo tendré, no te preocupes—correspondio al abrazo y posteriormente vio a su primo marchar—(Orochi dijo que su madre es de México)—penso el Alcazaba para luego empezar a teclear en su computadora—es ella—

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—Alcazaba ya me lo ha confirmado, tiene toda la información requerida al igual que yo—concluyo el peli-celeste a sus amigos

—entonces no hay de que preocuparse ¿verdad?—pregjnto lo último el Karlisle preocupado por la seguridad de su hermano

—si lo dices por Murasaki, Kiyama y Gimba, ellos no corren peligro—informo Naoki asiendo que todos suspiraran aliviados—pero—continuo el chico y los demás lo miraron extrañados—de Alcazaba no puedo decir lo mismo—eso los puso tenzos y preocupados—se los dije con anterioridad, Alcazaba puede morir, las probabilidades son de 99.5%—concluyo Naoki

—¿De que viva?—pregunto el Aoi positivo

—de que muera—respondio simple el chico

—¿y el 5%?—seguia preguntando el Aoi

—el 5% es un milagro que espero ocurra—respondio de nueva cuenta el chico asiendo que todos los presentes se angustiaran

—¿Que podemos hacer para que el milagro ocurra?—pregunto la única mujer del grupo

—rezar—respondio yendoce de del lugar siendo seguido por Jin el cual se abrazo al brazo de su contrarió para calmar un poco a este, ya que aunque el no lo demostrará, estaba mas que angustiado

Los chicos se quedaron ahí con una mirada de seriedad pero con un sentimiento de angustia

Pasaron así varios minutos, los cuales parecían eternos, no sabían que hacer, no creían que este asunto llegaría tan lejos a tal punto de llegar a poder ocasionar la muerte de alguien

Trataban de pensar positivo...pero eso no les serviría de nada, aquel chico de nombre Naoki Minamo nunca se equivocaba, y si ese era el caso, asta el mismo rezaba por qué ese milagro sucediera, porque en serio deseaban que nadie tuviera que morir para que está infame pesadilla acabará

Solo pudieron salir de su trance cuando el teléfono de el peli-verde sonó

—hola—respondio este prontamente exaltandose por la noticia que había resivido—¡voy para aya!—grito más que alterado tomando sus cosas

—¿Que ocurrió?—pregunton sus amigos extrañados por la repentina actitud de su amigo

—Rantaro está en el hospital—respondio este asiendo que sus amigos se preocuparan al instante y salieran corriendo en dirección al hospital

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—¡¿hijo estás bien?!—le pregunto el señor Murasaki a su hijo el cual se encontraba llorando en la sala de espera del hospital

—n-no, Rantaro...fue mi culpa papá, ¡Debí fijarme por dónde iba!—se culpaba el rubio entre lágrimas, a su padre le dolía ver a su hijo en ese estado—yo lo amo...lo siento papá...¡yo amo a Rantaro Kiyama!—confeso el rubio asiendo que el mayor quedará en shock, ¿Un Kiyama había salvado a su hijo?

El señor Murasaki se encontraba sumido en sus pensamientos, su hijo se había enamorado de un integrante de no cualquier familia, si no de la familia que tanto odiaba, pero ahora se cuestionaba ese echó, el escucho la historia por parte de el Kiyama que había sobrevivido al accidente pero nunca quiso aceptar la realidad, fue por eso que hizo lo que sea con tal de que ese Kiyama se refundiera en la cárcel

—¡Hermano!—llamo Silas a este mirando que este se encontraba llorando, razón por la cual lo abrazo

—¡¿Que ocurrio?!—pregunto Ranjiro entrando al hospital y mirando también al oji-zafiro que lloraba a mares

—f-fue mi culpa, no mire por dónde iba, Rantaro me empujó antes de que un auto me atropellara—lloraba el rubio, Ranjiro solo se acerco a él y le tocó el hombro

—no fue tu culpa...mi hermano es fuerte, ya verás que el saldrá se esta, pero no creo que le haga muy feliz que su amado este llorando—le dijo Ranjiro de forma amable al chico el cual poco a poco para su llanto, esto era visto por el señor Murasaki el cual no podía creer lo que veía, acaso el debía hacer lo mismo y...dejar su odio de lado

—gracias...Kiyama—agradecio el oji-zafiro a este el cual nego

—puedes decirme Ranjiro, no tengo problema con eso—le dijo de forma alegre el chico asiendo que el oji-zafiro sonriera

—gracias... Ranjiro—

→Continuará←