el pasado

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Narra Rantaro:

Bueno, jamás creí que algún día vendría a este lugar, la verdad es un lugar muy...opaco, bueno, que esperaba, es la cárcel después de todo, claro que no va a estar pintada de color de rosas para que todos los que estén dentro se sientan en el paraíso, bueno, ese no es el punto, creo que ya sabrán a qué vine, y si ya lo olvidaron se los recuerdo, mi tío es el único que puede darme las respuestas que necesitó para poder resolver todo este conflicto sobre el odio de los Murasaki a los kiyama, osea a mi familia.

Me encuentro sentado, esperando a que traigan a mi tío para poder hablar con él, me quedo sumido en mis pensamientos y solo salgo de estos cuando mi tío me llama

—Rantaro—me miro sorprendido, yo me pare de inmediato y lo abraze, a pesar de todo el siempre fue como un padre para mí

—tio, no sabes lo mucho que te había extrañado—le dije una vez cortamos el abrazo

—¿Que te trae por aquí?—me pregunto algo angustiado

—bueno...yo...me enamoré—le dije de una manera un tanto triste, y es que la verdad así me sentía, el solo recordar todas las revistas en las cuales aparecen como portada Wakiya y Gimba es una completa tortura

—¿Y no eres correspondido?—me pregunta, claramente el no está al tanto de lo que ocurre, no lo culpo, abeces yo mismo me pierdo en mi mundo cuando pienso en todo lo que ha pasado

—lo soy—respondi, la verdad había imaginado que acabaría con esto rápido pero la verdad no me sentía con los ánimos para hablar sobre esto

—¿Y cuál es el problema entonces?—me pregunto sin entender

—el es un... Murasaki—le conteste, el inmediatamente se puso en shock

—supongo que quieres la verdad no—me dijo decaído y yo solo asenti de la misma forma—todo empezó hace varios años

Flashback

—vamos amigo, no puedes regresar a casa así, déjame llevarte—le ofreció el Kiyama a su amigo que se encontraba en estado de ebriedad

—que conste jip que yo jip no estoy muy borracho—respondio su amigo caminando a duras penas hacia el auto con una botella de tequila

—ya deja eso—regaño el Kiyama quitándole la botella y dejándola en el asiento trasero del auto

—eres, jip, un aburrido—dijo su amigo subiéndose al auto

—si como digas—dijo el Kiyama subiéndose al auto y arrancando el mismo rumbo a la casa de su amigo

—sabes jip, yo te quiero mushito—dijo abrazando al Kiyama asiendo que este perdiera por segundos el control del auto pero lo recuperará

—¡Estás loco!¡Aras que choquemos!—dijo furioso el Kiyama por el acto de su amigo

—hay por favor jip, solo dame un abrazo y ya—replico abrazando aún más fuerte al Kiyama asiendo que este perdiera por completo el control del auto y se estrellara contra otro ocasionando un gran choque

Te daré la oportunidad (Rantaro x Wakiya) [continuación]Where stories live. Discover now