futuros suegros

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El Alcazaba se encontraba en una cabaña en medio del bosque junto con la madre de el Gimba

Habían ido a traer unas cuantas cosas ya que en unas horas tendrían que viajar de regreso a Japón, exploraba y admiraba el bello paisaje

—¿Es aquí donde vivía con su hijo?—pregunto el chico a la mujer la cual asintió

—¿Te contó verdad?—le pregunto la mujer a este el cual asintio

—me había contado que era un lugar hermoso, pero esto es más que eso—contesto el Alcazaba, la mujer en si estába más que encantada con la pareja de su hijo, no cabia duda de que era un gran chico—sabe, a mi siempre me han gustado los lugares así, Orochi me prometió que algún día viviríamos juntos en un lugar así...se que lo cumplirá, pero quisiera que este con nosotros cuando eso pase, se que a el le encantará que usted viva con nosotros—comento más que contento, la mujer no se esperaba eso, la mayoría de las mujeres o donceles con los que se ha topado con interés en su hijo, siempre han sido personas que se fijan en su hijo por su fama, pero Boa parecía ser diferente

—parece que se conocen desde hace mucho—comento la mujer felizmente

—desde que tengo cuatro años, el tenía cinco—contesto a lo cual la mujer quedó impresionada

—¿Desde hace tanto?—pregunto la mujer impresionada

—sip, mi padre cometió un error de seguridad, para compensarlo fui sirviente de el padre de Orochi, claro, asta que me asignaron a ser el amigo de Orochi...primero confundimos nuestra relación con un lazo de hermandad, pero después nos dimos cuenta de que era algo más que eso—explico Boa a la mujer la cual entendió de inmediato

—¿Pero y tú padre?—pregunto la mujer

—el murió hace unos días, por lo visto a mi madre nunca le pareció que yo pagará la deuda de mi padre y lo dejo, mi padre empezó a beber y en cuanto a mi madre, bueno...ella ya tiene otra familia así que, no tengo porque molestarla—explico Boa algo cabizbajo, la mujer de inmediato se hacerco y lo abrazo

—me alegraria tanto que tú y mi hijo se casarán y formarán una familia, después de todo, así podrán darles a mis nietos la vida que no tuvieron ustedes—eso ánimo mucho al Alcazaba el cual lloro, pero no de tristeza, sino de felicidad

—gracias—agradecio el chico, la mujer la cual lo abrazo y claro que este correspondio

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Rantaro se encontraba recostado en la camilla de aquel hospital, Wakiya había ido a la cafetería por algo para que este pudiera comer a si que este solo estaba esperando a que su amado regresará, también había hablado con Orochi con el cual pudo arreglar todo problema y a fin de cuentas volverse su amigo, al igual que el Murasaki y el Gimba habían terminado su relación en buenos términos ya qué ninguno de los dos se amaba, al parecer ya todo iba bien, solo quedaban dos cosas por hacer; enfrentar tanto al señor Gimba, como al señor Murasaki, el lucharia sin duda por el amor de Wakiya y estaba dispuesto a hacer asta lo imposible por estar con él.

La puerta abriéndose es lo que lo saco de sus pensamientos, pero más la sorpresa al ver quién cruzó por ella, era nada más y nada menos que el señor Murasaki

—tu eres—exclamo impresionado el señor Murasaki al ver que el chico que se encontraba ahí era el mismo que estuvo en la cena con los Karlisle

—creo que la última vez que nos vimos no me presenté, mi nombre es Rantaro...Kiyama Rantaro—se presento este con seguridad, aunque dentro de el estaba mas que nervioso

—entonces, es por eso que mi hijo actuó así para que no me dijeras tu nombre esa noche durante la cena—dijo una vez captó a la perfección o mejor dicho comprendió el comportamiento de su hijo

—si, fue por eso—afirmo Rantaro algo nostálgico

—¿Porque salvaste a mi hijo?,—pregunto el señor Murasaki recordando que esa fue la principal razón por la sus fue

—porque yo amo a su hijo, lo amo desde la primera vez que lo ví, no podía simplemente ignorar mis sentimientos, además, si el auto lo ubierá atropellado a él y no a mí, ubierá sido algo de lo cual jamás me perdonaría a mi mismo—contesto con un semblante firme dando a entender que no estaba jugando

El señor Murasaki lo miro impresionado, esa determinación en sus ojos se notaba a simple vista

—escucha...se que mi hijo siente lo mismo por ti, pero como entenderás no quiero que el salga lastimado—hablaba el señor Murasaki pero fue interrumpido por su contrarió

—si lo dice por qué no confía en mi familia lo entiendo—el señor Murasaki se impresionó, ¿Acaso ese chico sabía la verdad?—pero yo le aseguro que no jugaré con su hijo, yo amo a Wakiya, y entiendo a la perfección su odio, pero yo no me quedaré de brazos cruzados, le juro que haré asta lo imposible por qué usted me acepte, después de todo para Wakiya es muy importante que usted y yo nos llevemos bien—concluyo Rantaro, el señor Murasaki quedó más que imprecionado con lo que le dijo el Kiyama

—no tienes que hacer nada, yo acepto tu relación con mi hijo...después de todo mi hijo te ama de verdad, yo solo quiero que mi hijo sea feliz, y si contigo encontró su felicidad no puedo negarle el que este contigo—esto sorprendió al Kiyama el cual sonrió más feliz que nunca

—le aseguro que no se arrepentirá—aseguro el chico más que contento

El señor Murasaki sonrió, parecía ser que su hijo había escogido bien a la persona con la que quería hacer su vida, y hablando de su hijo, este acababa de regresar, el señor Murasaki el cual estaba a punto de abrir la puerta para salir de la habitación solo pudo sentir un fuerte impacto ya que la puerta fue abierta de jalón, proporcionandole un golpe en todo el rostro

—¡Rantaro!—entro más que entusiasmado el chico, Rantaro por su parte tenía los ojos muy abiertos de la impresión

—W-Waki—dijo este algo nervioso señalando a el suelo, lugar donde se encontraba el señor Murasaki tumbado, Wakiya sin entender miro a dónde apuntaba su contrarió topandoce con su padre golpeado en el suelo

—¡Papá!—exclamo este preocupado

Continuará←

Te daré la oportunidad (Rantaro x Wakiya) [continuación]Where stories live. Discover now