Un amigo sincero.

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ᴊᴏsʜᴜᴀ

Ha pasado ya una semana desde que paso lo de Said. Entre Mau y yo todo va bien, risas y más risas, pero creo que él trata de evitarnos. No digo que me moleste que nos ignore y esquive nuestra mirada, es más, para mí está perfecto, ya lo dije, no me agrada.

Llegué a la escuela un poco tarde, cómo siempre Mau ya estaba en el salón de clases. Nos tocó inglés, luego salimos a almorzar, compramos con Juana y Margarita y pedí un pambazo, se veía delicioso, un pan perfectamente dorado sumergido en la salsa, el relleno de chorizo y papas era perfecto, lechuga y queso fresco, frijoles embarrados en el pan y un toque de crema. Por todo lo que llevaba no me pude aguantar, veía a Mau con la boca hecha agua, se veía como un perrito pidiendo comida, con esos ojitos que hacen, así que también pidió uno.

Regresamos a sentarnos al salón, esta vez no quisimos estar en las bancas, estábamos riendo de estupideces... Llegamos al salón, y sí, ahí estaba él.
- ¡Hola Mauricio!
Mau le sonrió mientras nos acercábamos.
- Perdón por molestar ahora - dijo rascando su cabeza - pero me contaron que estás en el taller culinario. Quería saber cómo inscribirme desde que llegué aquí.
- Oh claro. Solo tenemos que ir al consejo estudiantil para pedir una hoja de inscripción y ver si hay lugares. Creo que ahora están reunidos, pero se desocupan rápido...

No entiendo que está pasando, siguen hablando mientras yo estoy sentado alejado de ellos. Al parecer ahora va estar en su mismo taller. La verdad no entiendo la razón de por qué me desagrada. Viéndolo bien, Mau tiene razón. Se ve amigable y su lenguaje corporal en bastante tímido.

Sonando el timbre que anunciaba que el almuerzo había acabado, sacamos nuestro cuaderno de ciencias y los demás alumnos empezaron a llegar al salón. El maestro Leonel le cae muy bien a Mauricio, fueron a un viaje a Cancún para hacer un proyecto y ganar un concurso, y efectivamente, Mau ganó. Este profesor es extraño, parece un científico loco, digno de su materia. Es alto y delgado como un palillo, siempre trae la clásica bata de laboratorio, con pantalones tan sueltos que parecería que en cualquier momento se le caerán. Sus zapatos son tan puntiagudos que podrían matarte si te patean. A veces su sonrisa es escalofriante, y sus ojos son tan hundidos que al verlos parece una calavera, pero su personalidad no encaja con su vestimenta o su rostro. Es un completo extrovertido.

Terminamos ciencias y después vino la maestra Betty de Lengua, es una materia aburrida, lo único que me gusta es cuando hablamos de cine o del género terror. Siempre tuve un gran gusto por los cuentos de este género, leyendas urbanas, películas de suspenso y misterio, al igual que los libros; incluso estoy en el club de teatro que está dirigido por la misma maestra.

Sonó el timbre, ya era el segundo almuerzo.
- Josh, voy a acompañar a Said al CE, no se cuánto nos tardemos.
- Está bien, yo... pasaré por mi casa.
- ¿Irás?
- Sí, no está muy lejos, lo sabes.
- Bien, tal vez vaya a acompañarte después.

Mau se va y a lo lejos lo veo en el patio, observo que pronto Said llega a su lado y caminan al otro extremo.
Bajo al patio y salgo de la escuela. Luego de unos 10 minutos a pie llego a casa. Es bastante cerca la verdad, mi paso es algo rápido y me gusta caminar. Saco mi celular y veo la hora, 12:00 en punto.
Abro el refrigerador y están las sobras de estofado que hice ayer para cenar. Las sirvo en un plato para recalentarlas en el microondas. Prendo la televisión y paso canales hasta encontrarme con una película antigua, es en blanco y negro y al parecer es de terror, se ve sangre por todas partes y un cuchillo.
Sin darme cuenta he acabado de comer, en cuanto me levanto y procedo a lavar los platos, escucho el timbre, es Mauricio.

- Hola, alcancé a venir.

Solo asiento y lo dejo pasar.

- ¿Ya comiste?
- Sí, ¿y tú?
- Ya, al final pase por un sándwich del Oxxo, estaba horrible, pero me quitó el hambre en lo que venía.

¡No Soy Predecible!Where stories live. Discover now