Sᴀɪᴅ
Ya han pasado 2 semanas desde que llegué a esta ciudad y aún no logro acostumbrarme. Tal vez sea el paisaje, el clima y la diferencia de zona horaria, pero cada vez estoy más ansioso. Los primeros días estuve MUY ocupado poniéndome al corriente, terminando trámites, visitando instalaciones y haciendo demás cosas. En realidad, es cansado mudarse, necesito un respiro.
Es lunes de nuevo, y tan pronto suena mi alarma me levanto y me dirijo al baño a mojarme la cara. Mis ojeras empiezan a notarse cada vez más, algo que rara vez me pasa. No debo dejar de cuidarme. Me peino el cabello y regreso a mi habitación para buscar la ropa que me pondré hoy; creí que aquí haría más frío que en mi pueblo, por eso traje chamarras y sudaderas de más, pero tal parece que aquí también hace mucho calor, no sirven de nada; es por eso que casi todos los días ocupo la misma ropa: camiseta blanca con cuello y mangas rojas, jeans negros, tenis blancos.
Tomo mi mochila y meto algunos cuadernos, mi laptop, una botella de agua, y salgo de mi habitación. Justo Ian está saliendo también y lo saludo.
- ¡Hey amigo! - digo agitando mi mano. -
- ¿Qué hay bro? - responde acercándose a mí. -
- Otro día más, supongo.
Ian suspira y se estira mostrando aburrimiento - Es cierto... las cosas han estado aburridas.
- Y eso es poco - respondo. -
- ¿Qué tanto balbucean? - dice de repente Mateo, quien se mira a unas cuantas habitaciones a lo lejos. -
- ¡Hasta que sales! - grita Ian, yo tapo su boca. -
- ¡Idiota!, hay gente durmiendo todavía... - digo casi susurrando. -
Mateo llega hasta donde estamos.
- Dosu se fue hace 1 hora, debemos apurarnos.
- ¡¿Qué?! - digo casi gritando, haciendo que Ian me mire indignado - Perdón, pero ¿cómo pudo acostumbrarse tan rápido a este lugar?
Mateo sonríe - Es increíble, sigue con su rutina de siempre.
Ian pone los ojos en blanco - Sí, sí. Ahora caminen, llegaremos tarde.
Salimos del hotel y en el camino compramos unos sándwiches para desayunar antes de entrar a clase. Extremadamente deliciosos para ser de un Oxxo. Al llegar, divisamos a Dosu en la entrada, tomando un café-
- Hasta que llegan, imbéciles - dice acercándose a nosotros, algo molesto. -
- Perdón por no levantarnos a las 3 de la mañana como tú - responde Ian con una mirada fría. -
- Deberías empezar a hacerlo.
Los chicos se miran intensamente.
- Son patéticos, entremos ya. - dice Mateo pasando por en medio de ambos, jalando a Ian hacia sí. -
- Cierto, ¿por qué nos quedamos aquí parados en la entrada? - digo siguiéndoles el paso. -
- ¿Tal vez porque todos lo hacen? - responde Dosu levantando los hombros. -
- Quizá.
Suena el timbre, dando a entender que las clases comienzan; me despido de mis amigos y me reúno con el grupo. Como cada inicio de semana, se cantan los honores, el director informa algunos sucesos importantes, y por fin podemos todos entrar a clases. Está vez, las primeras 2 horas son taller, gastronomía.
El supervisor nos explica algunas cosas al llegar al salón, reglas generales, ingredientes, y el tema de hoy: postres.
Nos reunimos todos en la mesa más espaciosa que hay en el club y observamos el índice del gigantesco libro de recetas que está frente a nosotros. Me llaman la atención los roles de canela glaseados, alguna vez los probé y podría decirse que están en el top 5 de mis postres favoritos.
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¡No Soy Predecible!
Teen Fiction¿Él? Un tipo callado, misterioso e impredecible. ¿Él? Un chico rico, guapo y que "todo" lo tiene en esta vida. Dos mundos completamente diferentes, pero solo un problema en común: no son lo que parecen. ¿Cómo sucedió todo esto? ¿Qué hizo que sintier...