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-¡Auch!-se quejó Kedamono sintiendo los dientes de Popee en sus pezones.

Hacía días que el pecho de Kedamono se había inflado, en especial sus tetas, Popee con lo curioso que era acabo por apretar sus rosados botones descubriendo que de allí salía leche, una dulce y deliciosa leche, desde entonces Popee solía tomar del pecho del chico-lobo (ya no se que tantos fetiches debo meter en esta historia).

Cuando por fin se sintió satisfecho decidió dejarlo, el pobre Kedamono tenía su pecho lleno de marcas y moretones, ahora tenía el vientre inflamado, ya se notaba el gran bebé que iban a tener, de seguro el lobo morado sufriría mucho al dar a luz, era un vientre demasiado grande para ese cuerpecito.
Keda se ajustó la camisa blanca cubriendo todo, con excepción de sus pezones, sabía lo mucho que a Popee le encantaba verlos, por eso mantuvo las órdenes que le dió.

Pero todo era tan difícil. Kedamono se sentía tan triste, tan vacío, tan solo. Cómo quería hacer algo, incluso aquel que pensaba que era su amigo lo había traicionado, a un con todo eso Kedamono anhelaba tener a alguien que le amará, lo cuidará y aceptará a su bebé, pero esa vida, esa vida era un sueño, uno que Popee jamás le permitiría tener.

-Popee-Keda bajo la cabeza rogando para que Popee no lo golpeará-que-que sucedió con Jason?

De cierta manera sus días más felices habían sido al lado de ese arlequín, lo quería, necesitaba de alguien que lo amará, lo necesitaba, pero el hecho de que no quisiera tener al bebé de alguien más y estuviera dispuesto a matarlo hacía que todo su encanto desapareciera, a un con todo aquello quería, rogaba por amor, lo necesitaba. Popee bufó, pero se mantuvo sereno.

-Para qué quieres saberlo?

Keda bajo la cabeza.

-Solo quiero saberlo-Popee se acercó a él, levantando la quijada de Keda, sonriendo, asegurándose de que viera su pantalón a medio abrochar.

-Esta muerto-

-Eh?

-Esta muerto, imbécil, tan estúpido eres? Aunque eso mismo va a suceder si esa criatura no es mía. Te dejaré ir, pero portate bien, todo por el bebé-

Keda se sintió débil, triste, era patético que a un quisiera a ese arlequín que tanto daño le causó, pero cómo culparlo? Era la primera vez que alguien lo trataba tan bien, se sentía amado.

Popee desencadenó a Kedamono y el no dudo en lanzarse a él y comenzar a golpearlo en el pecho.

-ERES UN MALDITO MONSTRUO! COMO PUDISTE MATARLO!?

Grito seguido de un mar de lágrimas que calan por sus mejillas-¡ME VOY A SUICIDAR! ¡NO DEJARE QUE MI HIJO CREZCAN CON ALGUIEN COMO TU!

Popee lo detuvo tomando de las muñecas.

-TU NO TE VAS A SUICIDAR! TE. GUSTE O NO VIVIRÁS CONMIGO COMO MI PAREJA Y ME VAS A AMAR! TE QUEDÓ CLARO!?

Estaba tan enfadado que ya no sabia ni controlaba las palabras que salian de su boca.

-YO NO TE AMO Y JAMÁS LO HARE TE ODIO-

Un puñetazo se estampó en su cara haciendo a Keda caer sobre la cama.

-CIERRA LA BOCA

Keda comenzó a reir de una manera en la que cualquier persona que lo observara pensaria que la cordura que tenia se habia esfumado.

-ni siquiera te atrevas a defenderlo-

-sabes porque defiendo a Jason?

-ya callate Keda, no sigas o te lastimaré a ti y a mi hijo.

-querías saberlo y te lo diré-lentamente me se levanto de la cama.

-Ya basta

-porque es mejor amante que tu.

-No sigas

Keda se levanto completamente y con una gran sonrisa se acercó al oido Popee y le susurre juguetón.

-Porque lo amo

Popee tomó a Keda de la muñeca con mucha fuerza y sin decir nada lo sacó de la habitación caminando a paso veloz, pero Keda aun no paraba de hablar y cerrar la boca, quería hacerlo sufrir, aunque fuera con palabras.

-AMABA SU FORMA DE HACERME EL AMOR CUANDO NO MIRABAS!

-callate!

-ME BESABA Y ME ACARICIABA COMO YO A EL MIENTRAS ME PENETRABA Y ME HACIA EL AMOR MUCHO MEJOR QUE TÚI

Ambos estaban a punto de bajar las escaleras hacia una parte del sótano, donde Popee tenía cientos de juguetes y cosas que colocaría en el cuerpo de Keda para satisfacerse a sí mismo.

-Pensándolo bien-hablo calmado e inocente-tal vez el sea el padre de mis hijos...

Esa fue la gota que derramo el vaso, se detuvo de golpe.

-DIJE QUE TE CALLARAS!

Popee deshizo el agarre y se volvió a golpear con tanta fuerza en la cara e hizo que Keda se fuera hacia atrás.

Keda comenzó a sentir dolor por todo su cuerpo y el aroma a sangre que desprendía con cada escalón que baja, hasta que en algún punto solo vió oscuridad, sientiendo que todo su cuerpo se rompía.

NOTA
Hola ratas inmundas, animales rastreros, adefesios mal hechos.

Estamos en la ronda final, a partir del próximo capítulo vendrán los finales alternativos.

PerformerWhere stories live. Discover now