18 (Especial)

699 53 20
                                    


Papi era reconocido como uno de los mejores cirqueros del mundo. Era un arlequín increíblemente famoso, todos lo admiraban por su talento y creatividad, además de siempre dar lo mejor de sí. Aunque por ahora estaba envuelto en un escándalo, su esposa, la maestra de ceremonias Mami y él se había divorciado, cada uno quedándose con uno de sus hijos, a pesar de ser tan pequeña Marifa demostraba una gran habilidad y ya daba presentaciones famosas e incluso había ido a giras por el mundo.

Todo lo contrario al hijo con el que Papi se había quedado.

Popee era la desobediencia hecha carne, era travieso, incluso había quemado el circo que Papi tenía, forzandolos a convertirse en artistas errantes, pero por ahora Papi quería buscar algún lugar donde dejar a Popee, pues sentía que no podía seguir viajando con su hijo, no es que tuviera problemas económicos o algo así, al contrario, les iba de maravilla, sólo que con un niño que estaba siendo buscado en 37 países por secuestró, fraude y asesinato en primer grado todo se complicaba.

-Papa-se quejó Popee tirándose en las piernas de Papi, que conducía tranquilamente a Paola-¡Estoy cansado!

Papi le acarició la cabeza, notando una enorme casa en la cumbre de una montaña cercana.

-¿Qué tal si paramos a almorzar? De seguro no les importará que estemos unos minutos aquí.

Popee asintió y Paola fue conducida hasta llegar allí.

-Parece que es un templo.

Dijo Papi acercándose a la casa, sin saber que alguien los observaba. Popee tomó la mano de Papi, le daba miedo ese lugar, aunque estaba limpio y lleno de flores era oscuro, muy oscuro.

-¡Hola! ¿Hay alguien?

Papi tocó la puerta varias veces, pero al no tener respuesta abrió la puerta.

-¡Papi, no entres!-Popee apretó sus manitas-¡No me gusta!

-Espera aquí, entonces.

Papi empujó a Popee a un lado, el pequeño payaso tembló, viendo a su padre perderse en la oscuridad, Popee noto un pedazo de papel en el suelo y lo tomo.

-Por gazones de reprabacuion el templo a...-Popee giró el papel intentando leer, aún no lo sabía hacer bien, no podía ver más que simbolos sin sentido o orden.

-Grrrr-Popee tembló al escuchar un gruñido.

El pequeño payaso vio como una serie de ojos se abrían, en un rincón oscuro. Sin perder el tiempo, con todo el temor del mundo Popee corrió hacía adentro del templo, chocandose contra su padre.

-¡Un...un moustruo!-Popee tiró de la mano de Papi, tratando de llevárselo.

-Popee ya tienes 6 años, ya estás grande para creer en monstruos.

-Pero...

-A ver, ¿Dónde está el monstruo?

Popee señaló un rincón, Papi se acercó, notando los múltiples ojos.

-Grrr-volvio a gruñir la criatura.

-¡Ah!-una pequeña sombra se abalanzó contra Papi y Popee salió corriendo sin importarle su padre-¿Quién es ese cachorro tan hermoso?

Popee paró en seco y se devolvió, viendo a Papi siendo mordido por una pequeña mancha morada.

-Jajaja, basta, me haces cosquillas-Papi alzó al cachorro, que empezó a ladrar.

-¿Papi?

-Parece que es un templo-Papi abrazo y arrullo a él pequeño cachorro-de seguro aquí veneran a esta cosita tan bonita,¿No es así, chiquito?-Papi movió su dedo sobre la boca del pequeño, dejando que este alzará sus pequeñas y hermosas patitas para intentar alcanzar a Papi-¿Acaso no es la cosita más linda que hayas visto en tú vida?-Papi acercó al cachorro a Popee.

PerformerOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz