Lo que sea | bnha one-shots

krbk_ ME ENCANTA TU VOZ POR LAS MAÑANAS

— Di algo.

Lo primero que ve Bakugou al desenterrar con un gruñido perezoso el rostro de la almohada es su hogar hecho persona.

Lo segundo es el reflejo dorado del sol en los ojos de Kirishima Eijirou.

— Di algo.

— ¿Hmm? — murmura, todavía con la sonrisa satisfecha de haberse despertado frente a su imagen preferida, mientras se deja caer sin reparos sobre el pelirrojo.

Fuera de casa Ground Zero preferiría hacer explotar el mundo a ser visto sonriendo.

Entre esas paredes Bakugou Katsuki no deja pasar una oportunidad de abrazarse a su novio aunque el tacto de su piel lo derrita por dentro.

En especial si tiene tanto sueño como ahora. "Siempre me levanto a las 6", decía su yo de hace unos años. Hm, pues prueba a dormir envuelto en la cómoda manta que es Shitty Riot...

Todo cambia. Un vistazo a esos ojos rojos y todo cambia. Él lo sabe mejor que nadie.

— Hey, ¿me estás escuchando?

— No... — la voz todavía sale ronca de su garganta, pero da igual. Está tan jodidamente a gusto. La luz del verano arde en su espalda y el cuello de Kirishima le quema los labios.

Si alguna vez Bakugou desaparece, que lo busquen ahí. En el punto exacto del pelirrojo donde la curva de su cuello se reúne con su hombro. Es el rincón secreto donde ha derramado lágrimas, susurrado recuerdos, dejado la huella de sus dientes. Es el hueco ideal para los "todo está bien", escondite en el que quedarse dormido y recoveco en el que reguardarse durante los días de frío. Kirishima y él encajan tan bien que le cuesta entender por qué no pasan todo el día abrazados.

Con lentitud indulgente, desenreda una mano de las sábanas y deja que se deslice sobre la piel tibia del otro, siguiendo las líneas de sus músculos en trazos vagos.

Acaricia el contorno familiar de su hombro.

La acogedora forma de su torso.

Gira imperceptiblemente la cabeza, lo justo para rozarlo. Un beso en el que apenas mueve los labios. Buenos días, Ei.

Kirishima huele a esos rayos de sol tan brillantes que se cuelan sin dificultad entre las cortinas, las persianas, se concentran en las ventanas y atraviesan cada barrera de los rubios que creen que no necesitan nada.

Hasta que encuentran lo que necesitan y entonces un pelirrojo es el universo con aroma a tostadas por la mañana.

Esta vez el universo lo despierta en tres bocados.

— Kat-

¿Cuándo se ha hecho tan fuerte? Las manos del otro sueltan el móvil que estaban sujetando hasta hace un instante y abrazan su cintura, obligándolo a rodar sobre su espalda.

— Su-

Los dientes de su novio persiguen su mejilla, sobrevolándola con cariño.

— ¡Ki!

La última sílaba revolotea en su oído antes de fundirse en el sonido de una sonrisa afilada.

— Dime algo — insisten los mechones escarlatas. — Lo que sea.

Y Bakugou habla, adormecido, sin filtros y sin gritos y sin nada.

— Eres muy guapo.

La primera vez que lo pensó, necesitó dos minutos para asimilar el vuelco que acababa de dar su vida. Pasados esos dos minutos, sin embargo, Ground Zero ya había decidido que no se rendiría hasta tener el puesto del número uno, una amplia cocina, y un pelirrojo al que martirizar con comida picante cada día.