Capítulo VIII

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Susana sonrió para sus adentros. Cuando Luisa la contactó para decirle que una amiga suya tenía un trabajo para ella, le sorprendió, pero en cuanto Elisa le propuso seducir a Terry, aceptó no solo por la suma de dinero que le ofreció, también lo hizo porque lo quería para ella, lo quiso desde la primera vez que lo vio en el teatro, pero él, solo tenia ojos para quien entonces era su esposa. Por mas que hizo para seducirlo, este la rechazó siempre, y por lo que acababa de ver en el interior del departamento de Terrence, los sentimientos de él no habían nada con respecto a su ex-esposa... pero ella se encargaría de cambiar eso, ya no era mas una joven inexperta, con el paso del tiempo había aprendido nuevas armas de seducción y si eso no funcionaba se valdría de otros métodos para que aquel par se distanciaran.

<< Es mas apuesto que antes y para rematar un poderoso Duque Inglés, que mejor partido que ese>> —pensó Susana. <<Además lo tendré cerca mío por la puesta en escena a la que he sido invitada por Robert>>

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—Nos vamos —Terry tomó el libreto, lo había encontrado rápidamente pero fingió no hacerlo para prolongar la estadía de Candy en su departamento, todo iba como lo había planeado hasta que Susana los interrumpió.

Candy asintió en total silencio, tomó su cartera, salió del departamento y comenzó a andar por el pasillo que la llevaba al elevador. Respiró profundamente para contener de manera sorprendente las lágrimas que amenazaban en brotar de sus ojos verdes, no iba a demostrarle cuanto le dolía el darse cuenta que para él, ella era parte de su pasado. <<eres una ilusa, Candice Ardley>> —se dijo a si misma

—Susana es.. —en un intento por explicarle que Susana era una actriz de teatro, que había llegado al igual que él, como una invitada especial para unirse al resto de los actores de la compañía Stratford para realizar una única presentación benéfica en el teatro de Chicago, Terry rompió el sepulcral silencio en que permanecieron durante todo el trayecto, pero Candy lo interrumpió.

—No tienes porque darme explicaciones de nada, tu y yo no somos nada, además, es tu departamento, así que puedes recibir a quien te plazca —respondió Candy pisando el acelerador hasta el fondo para llegar lo mas pronto posible al Hotel que Terry le indicó.

Terry guardó silencio, en ése momento era lo mejor para no empeorar las cosas, el enfado de Candy era mas que evidente.

—Es ella ¿verdad? —preguntó Candy rompiendo el silencio mientras se estacionaba frente al hotel.

La pregunta tomó por sorpresa a Terry.

—¿Desde cuando? —preguntó Candy mientras salía del auto para respirar un poco de aire, lo necesitaba para controlar sus celos.

Terry abrió los ojos ampliamente, con rapidez salió el auto y en dos zancada rodeó este, la sujetó del brazo y la obligó a que lo mirara cuando ella intentó ingresar al auto.

—Iba a decírtelo cuando me interrumpiste.

—Ibas a decírmelo —Candy bufó —eres un maldito mentiroso

—No tengo una puta idea de que demonios hablas Candice —arremetió Terry perdiendo a perder la paciencia por lo irracional de su comportamiento.

—Acepta de una maldita vez lo mentiroso que eres —dijo ella cegada por los celos que la carcomían.

—¿De que demonios hablas?

—Si mas recuerdo le huías al matrimonio.

—Me casé contigo —respondió Terry con un endiablado brillo que apareció en sus ojos azules; de manera inconsciente aumentó la presión en el brazo de Candy.

Una Eternidad ContigoHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin