Capítulo XIII

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Créditos del FanArt a @14Tenko

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Después de unos segundos meditando en las palabras de Eleonor, la joven rubia tomó una decisión.

—Hablaré con Terry, tiene mi palabra.

—Gracias —Eleonor la abrazo.

Salieron de la cafetería y mientras se despedían, un par de ojos observaron la escena con evidente tristeza. Su hermana le había restregado el acta de matrimonio el cual demostraba que las palabras dichas por ella la noche anterior, eran ciertas.

Se había dejado convencer por Susana para separar a Candy de Terry; aceptó sin imaginar que su treta quedaría al descubierto antes de lo que él imaginó. Se sentía fatal; saber que Candice jamás le hubiese dado el si, lo hizo sentirse miserable.

Sin imaginar la escena que presenciaría, había llegado a la cafeteria en donde estaba seguro la encontraría. Quería pedirle perdón por la bajeza que había hecho, quería ademas explicarle sus razones por las cuales había terminado aceptando la complicidad con Susana para enviarle a Terry aquel mensaje desde su celular.

El grito aterrador de Eleonor lo hizo salir de sus cavilaciones, no fue el único, Charlie, quien había regresado a Chicago esa mañana y se ofreció a ser su chofer por ese día, salió del auto al escuchar el grito de su señora

—Candy.....

Sin pensarlo dos veces, Charlie cruzó la calle para evitar que la esposa de su jefe terminara bajo las llantas de aquel infernal automóvil que iba a toda velocidad sobre ella. Ante la escena, Niel quien se encontraba mas cerca corrió y sin medir consecuencias se lanzó sobre Candy. Ambos cayeron estrepitosamente sobre la banqueta, pero fue Niel, quien se llevó la peor parte al proteger el cuerpo de ella con el suyo.

—¿Te encuentras bien?

—Iba a arrollarme —dijo Candy temblorosa y con el rostro pálido. En cuanto Eleonor llegó hasta donde se encoraban, se lanzó a sus brazos y se aferró a ella.

—Gracias —Eleonor se dirigió a Niel —Estoy en deuda con usted

—Con que su hijo la hagas feliz la deuda queda disuelta —respondió Niel poniéndose de pie mientras hacía una mueca de dolor

—Señor —Charlie lo detuvo —Esta herido permítame revisarlo.

—No es necesario, es solo un pequeño raspón —le respondió Niel a Charlie y luego miró a Candy —Perdóname, estaba cegado

—Por mi parte está todo olvidado —le respondió Candy un poco mas repuesta; sacó el anillo de su cartera y se lo extendió mientras le dirigía una leve sonrisa —se feliz.

—Gracias —le devolvió la sonrisa y una vez mas, hizo una mueca de dolor.

—Aguarda —Candy lo detuvo —déjame revisar esa rodilla —por mas que Niel fingiera estar bien, sus muecas de dolor le dejaban claro que no lo estaba.

—No hace falta, debo marcharme ahora —con suavidad se soltó de su agarre —debo hacer lo correcto —dijo girándose. Niel no sabía que le dolía más, si sus lesiones o tener que ir a la estación policial mas cercana y levantar una denuncia en contra de su hermana quien había intentado arrollar a Candy. Afortunadamente, esta vez, él estaba cerca y pudo impedirlo y conociendo su caprichosa hermana, estaba seguro que si no la refrenaba, intentaría quitar a Candy de su camino de una u otra manera y no pararía hasta conseguirlo.

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