Capítulo 7 Purgatorio

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La lluvia cayo sin aviso alguno en la Lakeside Village, las calles se inundaron llegando a entrar a las casas más pobres del barrio llenando sus habitaciones y jardines de agua . Todos se preguntaron si esto era un castigo de Dios por no haber detenido al asesino a tiempo. Eli, escuchaba esas palabras en la televisión de su bella morada, mientras bebía vasos y vasos de cervezas,era la única forma de olvidar la dulce voz del menor.
Por otra parte, Mike se recostó en el banco de madera que había en el lugar donde lo mantenían detenido, aquella cosa se mantenía con esfuerzo de pie. El asqueroso olor del lugar junto con los ruidos de los oficiales conversando sobre el, hacían que el menor no pudieran conciliar el sueño. Se movió de un lado a otro hasta se tapó los oídos con ambas manos pero no pudo, esto era una tortura para el. Unas pequeñas lágrimas salieron de sus ojos, sentía una gran ansiedad dentro suyo que lo consumía por dentro, aplastando su garganta y corazón. Comenzó a sollozar cuando las rejas de la celda se abrieron, se escucharon unos pasos acercándose  a su dirección, el joven de cabellos rubios cerró sus ojos con mucha fuerza, tanta que se puso rojo. Una voz femenina apareció, era suave y gentil, no se comparaba a de los oficiales que lo dejaron en este lugar. Lentamente abrió sus ojos, y lo que visualizo fue una mujer policía, de cabellos y ojos castaños, piel blanca y unos delicados labios que se dibujaban en el una sonrisa,en sus manos sostenía una manta vieja de Barbie.

– Es lo que tengo, espero que te sirva–dijo ella, para luego entregarle la manta, esta pesaba bastante y era muy suave.
La mujer se dio media vuelta para irse rápidamente, pero la voz del joven la detuvo:

–Gracias, Señorita– la mujer no se volteo a responder, sólo continuó su recorrido cerrando las rejas con llave.

La lluvia no se detuvo en ningún momento por toda la noche. En la calle lo único que se veía era los grandes lagos que se hacían por las largas calles, no había ningún alma afuera. Pero, si un demonio. Norton con una chaqueta y pantalones de cuero y unos gruesos zapatos de color negros, paseaba entre medio de la lluvia mojando toda su ser. Camino y camino hasta llegar a una parada de buses, donde sacudió sus
cabellos y se quedó esperando sentado en el lugar. Sacó de su bolsillo un cigarrillo en la cual lo prendio con ayuda de su mechero, se quedó fumando con el sonido de las gotas chocando en el techo de la parada. Cuando ya el cigarro estaba ya por la mitad desvanecido, pudo escuchar el sonido de unos tacos como si alguien corriera, cuando se giro hacia el sonido,pudo ver a una mujer de mediana edad empapada con la respiración agitada, estaba escapando de la lluvia, llevaba un traje de cajera de supermercado, el hombre no pudo reconocer el símbolo en la polera de la empresa.

–Maldito tiempo asqueroso–gruñó, la mujer.– Lo único bueno de este día es que atraparon a un primer sospechoso del asesino. Cuanto deseo que ese hijo de perra sea encerrado de una vez para vivir tranquila.

Norton ignoro los insultos hacia su persona, solo le interesó lo que había dicho del sospechoso, le intentaría sacar toda la información posible.

–Disculpe ¿de verdad atraparon a un sospechoso?

–Si por supuesto, guapo–contestó ella con una gran sonrisa acompañado de un sonrojo, estaba emocionada por contarle todo sobre lo que sabia,hace tiempo que no hablaba con una persona, o mejor dicho, con un hombre.– Según las noticias recientes, un tal Mike Morton fue un gran sospechoso de la muerte de su madre, aparte se dice que el es el tal reconocido "asesino de muñecas", hay evidencias que lo vinculan.

–¿en serio? – preguntó, totalmente sorprendido, el joven. Tiro el cigarro al suelo y lo piso para apagar las llamas de él. Se levantó para quedar enfrente de la mujer, esta se puso nerviosa por la actitud de Norton.– Que buenas noticias.

Se quedaron sonriendose uno a otros,la mujer agregó unas palabras a la conversación proponiendo una cita entre ella y el joven, pero este la rechazo. Hubo un silencio tormentoso hasta que Norton dijo una frase que dejó paralizada a la cajera.

La casa de muñecas (NaibxEli) Where stories live. Discover now