Cap. II

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Durante la caminata era difícil mantenerse consientes. Cansadas y sedientas caminaron sin parar. Cuando el sol era tapado por las nubes sentían la gloria momentáneamente, el calor disminuía de manera efímera para luego volver a aumentar. Siguieron caminando hasta llegar a la ciudad de Asakusa en Tokio. Pasaron por las vías de lo que parecía ser de un tren y entre el gentío cruzaban la amplia calle. Nezuko angustiada miraba a todas partes, admirando la vista colorida y llena de anuncios. Sabía que ya había estado por esas calles, sólo le resultaba difícil recordar. Buscando la dirección en la carta y caminando, rápidamente empezó a oscurecer. No era el mejor clima, ahora el viento les golpeaba a todas partes.

—Nezuko, es por aquí —señaló.

—¿Ah? —miró desorbitada a un oscuro callejón de mal agüero. La vista era espantosa. No esperaba que Kanzaki hablara enserio.

—Si quieres puedes quedarte ahí parada.

La de coletas gruñó y caminó por dentro del callejón. Nezuko sin refunfuñar más fue trás ella. Con cuidado pisaban y de vez en cuando observaban detrás, porque ese lugar no era el más agradable y menos cuando sólo caminan dos chicas sin arma alguna.

Después de cruzar el sucio lugar, llegaron a una calle donde escasa gente pasaba y había poco alumbrado en las calles.

—¿Vive aquí?

—Sí. Aunque no sé dónde es exactamente. Kiriya dijo que es un lugar oculto.

—Ya veo... —junta el ceño de forma tímida—. ¿A dónde vamos ahora? Está empezando a hacer frío y es demasiado noche.

Aoi iba delante de Nezuko, ignorando cada palabra de la de orbes rosados, caminaba sin prisa y tocaba los muros que dividian las casas de otras. Nezuko sólo podía mirar totalmente confusa.

—Aoi, creo que debemos descansar un poco. De verdad estoy cansada —dijo con poco humor dando un bostezo.

—Espera...

—¿Qué sucede?

—Creo que escuché algo...

Nezuko rodó los ojos enfadada y posó una mano sobre el muro. Estaba fastidiada más que nunca en ese momento.

—Aoi, aquí ni siquiera hay casas. No pudiste haber escuchado algo.

—Silencio.

—Este lugar no se ve muy lindo, no me gusta estar aquí.

—¿Puedes guardar silencio? —la miró con irritación.

—Ni siquiera sabes dónde estamos.

Nezuko se recargó sobre el muro, o al menos eso parecía. Cuando abrió los ojos se asustó por lo sucedido y su espalda dolía.

—¡Nezuko!

¿Había atravesado la pared o simplemente cayó inconsistente?

—¡Lo encontraste!

Aoi traspasó la pared enseguida y Nezuko con dolor se quedó sobre el césped. ¿Qué estaba pasando? De verdad tenía miedo y se sentía mareada.

—¿Estás bien? —Aoi le extendió una mano con afán de ayudarle.

—¿Qué?... —Nezuko tomó de su mano para levantarse, se sacudió el kimono y se talló los ojos. Realmente se encontraba en mal estado.

Aoi caminó hasta la entrada y su acompañante fue tras ella. Nezuko se recargó en una de las paredes, esperando a entrar para sentarse un momento. Kanzaki tocó un par de veces, y aunque las luces estuvieran encendidas, nadie abría. Lo hizo por casi díez minutos más y no había respuesta alguna. La médica estaba más que frustrada, no podía lidiar con eso.

Pinta En Mis Labios [Yushiro X Nezuko] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora