Cap. VII

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El joven demonio con curiosidad bajó cada uno de los escalones, fue a la cocina, al baño, al estudio, hasta el jardín, y no, no había rastro de ella más que sus cosas y maquillaje en su habitación, lugar donde Tamayo también se arreglaba para esos eventos. 

—Lady, por qué ella es tan iden...

Hizo una pausa absorto y negó con la cabeza.

—Estoy pensando demasiado —bufó.

Frustrado volvió a su oscura habitación. Se sentó en la silla de su escritorio, tomó una hoja al azar de todas las que tenía regadas y comenzó a rayar de lado a lado.

Su vida era simple.

—¡Discúlpe! ¡¿La ensucie?!

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—¡Discúlpe! ¡¿La ensucie?!

—¡No hay problema!

—¿Necesitas algo? ¡Le daré mi kimono, espere!

—¡No! —le exclama la Kamado.

Nezuko se encontraba ya en el festival, había tanta gente que sucedían accidentes insignificantes cada segundo. Ella tan ingenua no fijó sus pasos en el camino y terminó chocando con un sujeto en un puesto de comida, causando que la brocheta de mariscos que comía el chico cayera sobre el lindo kimono morado que llevaba. El tipo se veía nervioso por su forma de actuar, tartamudeaba y la observaba con los ojos muy abiertos. Daba miedo.

—Déjelo así, no hay problema...

—¿Segura?

—Claro —Se inclina levemente de forma respetuosa mientras le dedica un gesto amable.

—¿Puedo invitarle algo? Por haber causado esto.

—No hace falta.

—¿De verdad?

—Hasta luego.

La Kamado siguió su camino, al parecer la noche apenas comenzaba.

—¡Chachamaru, baja de aquí! ¡Gato torpe!

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—¡Chachamaru, baja de aquí! ¡Gato torpe!

El gato con las patas mojadas manchó las hojas donde anteriormente Yushiro hizo un boceto.

—No puedo voltear y dejar mis cosas porque llegas y...

El gato gruñó y salió corriendo del estudio mie tras un ruido proveniente de la puerta principal se escuchaba, Yushiro cuidadosamente salió a revisar y ahí la vio, en la entrada, parda justo a lado de la puerta, con el cabello bien recogido, los labios rosados y esos ojos redondos profundamente delineados.

—Regresé ¿no tarde mucho tiempo, verdad? —le sonríe.

—¿Por qué tan rápido? Solo ha pasado una hora.

—No es lo que esperaba.

—¿Pasó algo?

—¿Con qué?

—Bueno, hay algo sucio en tu kimono.

—¿Ahora está interesado en saber de mí? —la Kamado sonrió ladinamente y caminó hasta las escaleras—. El lugar es bonito, pero no fue de mi agrado.

La Kamado a lado de él le preguntó:

—¿Necesita algo? ¿Quiere algo de cenar?

Yushiro pensativo giró muy levemente su mirada a ella, encontrándose con su fija mirada. Instantáneamente Nezuko se giró. Los ojos felinos e indiferentes de ese hombre son aterradores.

—No, no necesito nada —dijo de forma neutral.

—De acuerdo.

La azabache subió tranquilamente hasta su habitación, abrió la puerta y la cerró lentamente. Al estar dentro corrió a la cama y soltó un quejido desesperado entre sus labios y la almohada.

—Mi corazón se agita demasiado...














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Pinta En Mis Labios [Yushiro X Nezuko] ©Where stories live. Discover now