Cap. X

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Paralizado, nervioso, con la adrenalina recorriendo su cuerpo, indecisamente afuera de la puerta no sabía si era lo ideal para su ego o si ella aceptaría sus disculpas. Tragó saliva y acercó su mano para tocar la madera, en eso, Chachamaru se acercó a sus pies. El gato ronroneaba, él miró al animal curioso y se agachó para acariciarlo y volver a pensar en lo que estaba a punto de hacer. Durante ese pequeño instante la puerta se abrió. Yushiro levantó asustado la mirada y ahí lo observaban esos enormes ojos rosados. Desde ese ángulo se mira realmente bella con esa bata de dormir delicadamente delgada, cabello suelto que cae sobre sus hombros y la expresión de rareza en sus facciones. El estaba hincado en el piso ¿Estaba bien que la mirara así a esa altura?

Nezuko dio un paso atrás cuidadosamente y Yushiro se levantó, miró al gato por última vez de forma vergonzosa y seguido a ella.

—Nezuko, ¿Podemos hablar?

—Creí que no quería hacerlo.

—No, la verdad no quería, pero ahora sí.

—Entiendo —asiente de forma irónica.

—¿Entonces...?

—Estoy cansada, tal vez en otro momento.

—En realidad solo me quiero disculpar...

La mujer frente a él lo mira fijamente, mantiene los brazos cruzados, como si se calentara ella misma por el frío. ¿Por qué él haría algo así?

—¿Por qué? —inquiere en voz baja.

—Fue grosero lo que dije hace un rato allá abajo. No debí hacerlo.

—Supongo que no pasa nada.

—¿Nada?

—Tiene razón en lo que dijo, por eso no lo tomé a mal —ladea el rostro.

—No es lo que realmente pienso.

—En la mañana iré de regreso a la finca, acabo de enviar una carta.

—¿De verdad...? —junta levemente el ceño.

—Mi labor está hecho aquí. Me alegro que se encuentre bien —lo mira de reojo un momento—. ¿Usted volverá a su trabajo de doctor?

—No lo he pensado.

—Debería, hay mucha gente que lo necesita.

—¿Me necesitan?... Ayudar personas ya no es lo mío.

Pasó un momento en silencio hasta que la Kamado buscó la mirada de él.

—Es muy sabio, la gente le agradecerá. Apuesto que era el mejor doctor de la ciudad.

Ahora ambos se quedaron callados, Nezuko tenía razón, lo antes dicho le dio mucho en que pensar. Tal vez no era el momento para hacerlo, pero le asusta el futuro.

—¿Se encuentra bien, Yushiro?

Por desgracia Nezuko no puede mantener el enfado en momentos así. Le disgusta verlo tan serio.

—Pienso mucho últimamente.

—Debería hacer lo que en verdad le guste. Tiene todo el tiempo del mundo.

Él la miró, sus ojos lavanda estaban dilatados y brillosos. Nunca lo había visto así.

—Cuando eres casi inmortal, resulta cada vez más difícil encontrar cosas que te llamen la atención.

—¿Y ya lo encontró?

—No estoy seguro —deja de mirarla para enfocarse en Chachamaru que, sentado miraba a ambos desde abajo.

Pinta En Mis Labios [Yushiro X Nezuko] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora