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Samuel ya no solo era asociado con la universidad, el parque y los almuerzos al aire libre, sino también con mi hogar y mi familia. Era extraño, sobre todo porque casi no me quedaban sitios en los que mi mente pudiese estar libre de él. Estaba ganando tantos espacios, conquistando tantos territorios personales que incluso llegaba a alarmarme, aunque ya no era como antes, en lo más mínimo; esa sensación de miedo, esa pequeña chispa de incertidumbre que solía instaurarse en mi pecho, ya no me molestaba tanto como solía hacerlo. Samuel había encontrado la forma de que, de alguna u otra manera, ese malestar que me generaba el hecho de estar en pareja con alguien después de todo lo que eso significaba para mi se transformase en algo más tenue, en una molestia casi imperceptible y que, lentamente, comenzaba a ser agradable y llevadera. Quizás eran sus capacidades o lo rápido que parecía querer crecer mi cariño hacia él, aun no lo definía, pero no quería que dejase de hacerlo. No quería que dejase de mirarme con una sonrisa cada que sentía que mis inseguridades me hacían creer que iba a mentirme, o que dejase de besarme cada que peleábamos por no querer contarle de mi pasado. No quería que dejase de tontear conmigo para sacarme una sonrisa cuando todo se volvía pesado a mi alrededor, o que dejase de llevarme a casa para pasar la tarde en mi casa y con mi familia. No, no quería que dejase de hacerlo nunca.

No quería dejar a Samuel, y cada vez me convencía más de eso.

-Pues no te queda mal el negro, la verdad- escuché a Daniela decir, acompañada de la risa del chico a mi lado. Miré sus manos de reojo y sonreí, cautivado por el color de sus uñas; mi hermana se las había pintado la tarde anterior y, para mi sorpresa, el color seguía intacto.

Como era de esperarse, fue cuestión de tiempo y un par de almuerzos más en casa para que Carol terminase aceptando mi relación con él, como también para que notase lo bueno que en realidad era. Poco a poco Samuel se había ganado el corazón de mi hermana y, con ello, su confianza, cosa que la llevó a exteriorizarse mejor cada que el chico iba a casa y que su relación se fortaleciese poco a poco.

-Puedes quitártelo si quieres- sugerí, aunque en realidad no quería que lo hiciera. A pesar de estar algo desprolijas, le quedaba realmente bien.

Elevó su mano derecha delante de sus ojos, la observó un instante y habló.

-Nah, me gusta como queda- confesó, lo que me hizo sonreír -A demás, es como haber hecho las pases con tu hermana... creo que somos amigos ahora- los tres reímos.

Podría afirmar que era así, que efectivamente se había ganado a mi hermana, pero preferí guardar silencio, consciente de lo que eso significaba. Me gustaba verlo interactuar con ella, ya que sus palabras se volvían suaves y su voz tomaba un tono tenue que me gustaba escuchar. A demás, sabía que la confianza de Carol no haría más que escalar y que Samuel no podría decirle que no a lo que le pidiese, por lo que quería ver hasta qué punto era capaz de llegar la niña teniéndolo tan a su disposición. Posiblemente lo maquillaría, o lo obligaría a jugar a alguno de sus juegos, y eso no quería perdérmelo por nada del mundo.

-¿De Luque?- la voz del profesor interrumpió nuestra pequeña conversación, sonando desde el interior del salón que estaba delante de nosotros.

Habíamos rendido el último examen del semestre hacía poco más de dos horas, por lo que tener las correcciones tan pronto no solo le causaba al chico ansiedad, sino también incertidumbre. Había estado toda la semana irritable y preocupado por el resultado, el cual aseguraba que sería malo a pesar de que había mostrado un buen rendimiento en la asignatura. A veces decía que era porque no era lo suficientemente bueno, otras que era mi culpa por simplemente existir y en ocasiones metía a Daniela en la bolsa de los acusados con la excusa de que no era de ayuda cuando se complotaba conmigo para molestarlo. En definitiva, siempre buscaba una excusa para decir que el examen podía salir mal aunque era evidente que no sería así; se preparaba para recibir un reprobado de esa manera.

{ !love } [Wigetta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora