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Samuel queriendo algo conmigo... sonaba sumamente estúpido y sin sentido, sobre todo teniendo en cuanta que no volvió siquiera a insinuarme el querer llevarme después de aquella vez. Al día siguiente su choche no se detuvo a mi lado, ni el siguiente a ese, ni el siguiente; simplemente había dejado de detenerse a mi lado, incluso de pasar.

Tal y como lo había dicho, ya no se propondría a llevarme y esperaría a que yo lo hiciese, cosa que no estaba en mis planes hacer.

No lo entendía, en lo absoluto.

El tiempo había pasado velozmente, demasiado a decir verdad, y pronto la época de exámenes llegó, instaurando en nuestro pequeño grupo un aura de preocupación y estrés constante que nos había llevado a mantenernos más serios y, afortunadamente, que Samuel y yo no peleásemos tanto. Los tres queríamos aprobar y no había otra preocupación en nuestras mentes que eso, por lo que las peleas y el intentar entender lo que pretendía el uno del otro podía quedar en pausa por un tiempo.

-Vale, creo que lo terminé- escuchamos decir a Daniela con cierta frustración; llevaba haciendo el mismo ejercicio desde que nos habíamos sentado a estudiar hacía poco más de dos horas -¿Podemos compararlo?

Levanté la vista de mi cuaderno, no muy convencido de lo que había escrito, y miré a mi amiga para asentir, tendiéndole mis anotaciones luego de escribir un par de cosas más. Samuel, por su parte, continuó escribiendo.

-¿Por qué pusiste esto así?- preguntó mientras señalaba una parte específica del ejercicio -¿No se supone que con relacionar los punteros es suficiente?

-No, necesitas establecer la unión explícitamente- contesté para tomar el mismo lápiz con el que había estado escribiendo -¿Ves esto?- dibujé un círculo sobre algunas de mis palabras -Es la unión entre un nodo y el otro. Sin esta pequeña porción de código, los nodos no se conocerían y solo serían datos perdidos. De hecho, si no los unes, rompes la lista y automáticamente el ejercicio está mal.

-Joder, siempre lo olvido- continuó la chica mientras tomaba sus anotaciones, borraba un par de cosas y volvía a escribir.

-¿Es esta la unión que hay que hacer?- preguntó Samuel de repente, tendiéndome su cuaderno para que observase la solución a la que había llegado.

Su caligrafía seguía igual de desordenada que la primera vez que la vi.

-Sí- contesté luego de leer el código -es justamente así.

El joven sonrió con amplitud y me miró con agradecimiento, lo cual correspondí con una sonrisa. Esperaba una contestación de algún tipo, cualquiera, pero aquello no llegó, causando que pronto el silencio se instaurase nuevamente entre los tres.

No recordaba la última vez que había discutido realmente con Samuel, los exámenes realmente estaban consumiendo nuestro tiempo, pero creía comenzar a sentirme vulnerable ante su nueva faceta tranquila y poco peleadora. Si no peleábamos, el estado de alerta al que había entrado cuando lo conocí no cumplía su función correctamente y, en lugar de darme seguridad, me hacía sentir perseguido, asechado. Era una sensación extraña teniendo en cuenta que quien me la provocaba no era más que un compañero de la universidad, pero aun así no podía dejar de sentirla. Necesitaba pelear con él de alguna manera, o al menos mi estado alerta me lo pedía.

La mesa vibrando bajo mis manos me devolvió a la realidad de un momento al otro, como también hizo a mis compañeros moverse para tomar sus móviles; el mío no se había encendido, así que no intenté tomarlo. Ambos miraron sus pantallas por un par de segundos y luego se observaron para sonreír, cosa que me desconcertó por un momento.

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