Miradas que matan

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El olor de la comida inundó sus fosas nasales, adormilado se levanto y sentó en el sofá mientras asimilaba donde estaba. Dirigió su mirada a donde provenía el delicioso aroma para toparse a una pelirosa de lado a lado en la cocina. Una media sonrisa inconsciente salió mientras le veía, podía acostumbrarse a ver eso todos los días. Se levanto y camino hacia ella con suma cautela y aprovechando que esta estaba de espalda le abrazo, provocándole una especie de chillido adorable en el proceso.

- ¡Ich!, ah eres tu me asustaste idiota.

- Buenos días a la mujer más maravillosa que mis ojos han podido presenciar...

- No si después de viejo, lambe ojos lo que me faltaba.

- Ay pero cuánta agresividad, déjese querer...

- Ya despégate animal...
Reprochó dándole un codazo en un intento de zafarse.

- Además yo me dejo querer son ustedes los que no me entienden.

- Si tu forma de querer es estar repartiendo golpes pues...

- Ay ajá, y aquí estás aún abrazándome sabiendo que puedo quebrarte el brazo en menos de un segundo.

Le escucho reír por lo bajo.

- Estás hablando con un hombre que lee novelas eroticas en público, el masoquismo está incluido...

Susurro con voz grave mientras aumentaba el abrazo en su cintura.

- Para ser más claro... ~así e incluso más duro mami, quebrame de placer~...

Volvió a susurrar aún más bajo aumentando más si era posible su agarre, mientras que una de sus manos subía lenta y peligrosamente por su abdomen el cual contrajo por la sensación, su boca se abrió en un suspiro que podía confundirse a la perfección con un jadeo,  sentía como la yema de sus largos dedos trazaban pequeños círculos en su abdomen y como continuaban su recorrido por entre medio de sus pechos hasta su cuello donde le fue arrancado un gemido por el agarre tan delicado, suave pero firme en su garganta. Provocando que sus caderas se movieran inconscientemente haciendo que sus cuerpos se frotaran de una manera en la cual solo podía describir como deliciosa.

- ~Mami~...

Y gracias a es ultimo susurro pudo sentir como sus piernas flaquearon en señal de que estaba siendo arrastrada a un extasis del que no quería salir... pero todo eso le fue arrancado cuando el peligrisaseo se alejó musitando en su característico tono animado...

- Oye no quiero ser agua fiestas pero ushhh se esta quemando...

- ¿Qu-qué?

Solo alcanzo a decir mientras una mirada desconcertada se hacia prénsente por el repentino cambio. Hasta que todos sus sentido cayeron en si alertándola del repentino olor a quemado. Y en un rápido movimiento logró cubrir el fuego con una tapa calmando la situación.

- Oye ¿porqué la mirada de mala muerte?

- ¡TÚ IDIOTA, Y TODAVÍA LO PREGUNTAS!

- Ay pero no me grites... pero sabes, eres un libro abierto Sakura...

- ¿¡Ehh?!.

- Tú enojo...

- ¿Eso que?, para que me provocas entonces.

- Ahí está el detalle tú enojo no proviene porque estés molesta conmigo no, no, no cariño. Tu enojo proviene por algo llamado "frustración"... que... ¿calente la comida y no me la comí? ...

Miro pícaramente a la pelirosa hasta que vio que esta se giró y tomó el sartén ardiente con una clara intención.

- ¡ES BROMA!, es broma... sentémonos a comer ya hace hambre, pero por el amor a Hashirama deja ese sartén ahí.

Un cerezo en invierno {𝓚𝓪𝓴𝓪𝓼𝓪𝓴𝓾}Where stories live. Discover now