16.- No daría mi vida por nadie.

2.2K 169 222
                                    

–  Ah, bueno. Es lo que hay ¿No? En fin, pobrecito ¿Patrullamos? Y de paso comemos algo, joder, que no he desayunado y tengo hambre. Conway me ha despertado por una tontería.

Horacio dejó de abrazarme y me miró.

– ¿Sabes que Brown dió su vida por mí? Si no fuera por él, yo...

Me sorprendí un poco y abrí bastante los ojos.

– Se quiso hacer el héroe pensando que no iba a morir pero se ha muerto.

– ¡Fred! — me gritó Conway.— Cállate...

Suspiré y me fui del lugar. Siendo seguido por

...

...

¿Volkov?

Aún así seguí a delante. Saliendo de comisaría. Aún estando Volkov caminando detrás de mí.

– ¿Vas a seguir haciendo como si no supieras que te estoy siguiendo?

Dijo finalmente. Paré en seco y lo miré.

– Comisario, que sorpresa. No le esperaba aquí.— Contesté con ironía.—

Sé que no te ha caído bien Brown nunca. Pero la fin y al cabo, ha dado la vida por Horacio. Pienso que se merece un entierro digno ¿Vendrás al funeral mañana?

Lo pensé por dos segundos.

– No, Adiós.

Fui a irme pero me agarró del brazo.
No muy fuerte, pero sí lo suficiente para indicar que quería hablar.

– Es una puta falta de respeto no ir después de todo, Fred.— me replicó tranquilo, aunque hubiera usado palabrotas, tenía el tono de una persona relajada.—

– No tengo tiempo para ir. Si no quisiera morir, que no se hubiera puesto en medio de la bala.

– Subinspector, dio su vida por la de Dan, joder. Merece el cielo.— me explicó aún con su agarre. No apretaba ni hacia fuerza a este, pero molestaba. Como un puto mosquito en tu oído cuando tratas de dormir.—

Me empecé a estresar por la situación. Haciendo que finalmente perdiera los nervios.

– ¡Es que es subnormal! ¡Yo no me pondría en medio! ¡Ni por Horacio, ni por Conway, ni por usted, ni por nadie! ¡Joder! ¡Que pesado es, déjeme en paz ya, coño! — Solté su agarre con fuerza, empezando a caminar, dejando al ruso detrás mío.—

Estuvo unos segundos sin contestar mientras yo me iba alejando de él.
Pensaba que no iba a volver a hablar y que está conversación había terminado.
Pero me equivocaba, contestó.

– ¡Pues yo sí daría mi vida por Horacio, por usted, por Conway, por Greco, por Ivanov, por Torrente, por Gonetti, por Leónidas! ¡Incluso la hubiera dado por el gilipollas de Brown!

Dijo esto medio gritando, ya que me encontraba bastante lejos de él.

Me giré y fui dirección al ruso.

¡Eres un capullo! Pero te quiero... - IntenaboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora