¡Eres un capullo! Pero te quiero... - Intenabo

19.- Volkov.

Jack fue a su cuarto sin decir una palabra. Dejando al menor un poco descolocado.

A la dos segundos volvió.

- Gustabo García, quedas detenido por el intento de asesinato al comisario Víktor Volkov.- el más mayor puso unas esposas al rubio.-

- ¿¡Qué?!

- ¿¡QUÉ?! ¿¡EN SERIO?! ¡GUSTABO JODER! ¡ES MI MEJOR AMIGO!

El más bajo cerró la boca.

Sabía que ambos estaban actuando en caliente (no modo sexual xd) y que se iban a arrepentir si hacían algo más.

- Vale, vale, ya me callo ¿Vale? Pero, no me lleves a comisaría. Al menos no ahora, por favor. Conway, son las 6 de la mañana. Dormimos un poco, y mas relajados luego lo hablamos ¿Vale?

- ¡Volkov está apunto de morir por tu culpa! ¡Ni de coña dejo esto así! - el mayor le quitó una esposa, lo agarró del brazo llevándolo al cuarto y lo ató en el respaldo de la cama.- ahí te quedas... ¡No quiero ver qué te muevas, capullo!

- ¡Joder! ¡No es mi culpa, desátame!

- ¡No te has tomado las putas pastillas, Gustabo! ¡Si Volkov muere es tu jodida culpa! ¡Anormal!

Salió del cuarto dejando a solas al menor, atado a la cama.

El rubio se encontraba de pie, pero esposado. Entonces para mayor comodidad se tumbó en la cama.

- Joder...

Narra Conway:

Salí de casa dirección al hospital. De camino, recibí una llamada de Horacio la cual respondí al instante.

- ¿Cómo está Volkov? - pregunté sin siquiera saludar.-

- ¡CONWAY, POR FAVOR VEN! ¡HA TENIDO UN PARO CARDÍACO!

- ¿¡QUÉ?! ¡Justo estaba en camino, voy para allá!

Colgué el teléfono y poco después fui al hospital

Después de unas horas de sollozos y de médico andando por todos lados:

- Joder...-El de cresta me abrazó.- Pensé... Pensé que ya no iba a reaccionar.

- Tranquilo, nenaza. Volkov es fuerte.

Lograron que su corazón siguiera latiendo.
Minutos antes Horacio y yo habíamos escuchado como los médicos utilizaron el desfibrilador y las pulsaciones de Víktor volvieron en sí

Traté de consolar a Horacio. Pero os puedo jurar que yo también pensé que mañana habría un entierro.

Un médico vino.

- ¿Podemos verle, doctor? -preguntó Dan.-

- Lo siento, aún no pueden pasar a verl-

- Sí, si podemos pasar, médico de los cojones.-interrumpí. El Suso dicho fue a hablar pero entendió que no serviría de nada y simplemente se calló la boca.- Pasaré yo primero y luego tú, Dan, estarás el resto del día ¿Vale? Tengo un par de cosas pendientes de hablar con alguien.