𝖽𝗈𝗌

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Olivia

Estire mi brazo con la esperanza de que la micro pare. Según la Alessia ella viene en esta, las probabilidades de que no sea esta son bajas ya que aquí las micros pasan cada diez minutos.

Cuento las monedas de entre mis dedos, me alcanza para la ida y la vuelta al colegio. Miro de reojo a mi alrededor, un par de señoras y más cabros de mi colegio.

Subí y le pagué lo correspondiente al conductor, la micro no iba tan llena, era obvio la Alessia me hace levantarme temprano para tomar la más vacía.

En el último asiento la ví, antes de que llegue le grito;

— ¡Wena weona! — agite mi mano saludándola, ella me miro con los medios ojos y miro por la ventana ignorándome.

Me pego la mea desconocida la weona.

— Mira la maraca — susurre para mi y apure mi paso para llegar a su asiento.

Mi amiga tenia los cachetes rojos de vergüenza, siempre le pasa la misma wea cuando le grito como perra loca.

— No grites po — me retó en cuanto me senté.

— No me rete po mami — me encogí de hombros y le sonreí.

Le quite un audífono para escuchar musiquita como las besties que somos. No se que chucha estará escuchando pero es linda la canción y él que esta cantando se nota que lo hace con sentimiento, sufro con el pobre.

— Oye — me saco el audífono — ¿Que te dijeron tús papás al final?

— Mi papá me pregunto como me estaba yendo en los ensayos psu, les dije que juntaran sus puntos copec porque no me esta alcanzando y al final decidieron que iría a un preu.

— A la mierda las tardes de peliculas — hizo puchero.

— Mis papis no quieren que trabaje en el mcdonalls po — le copie el puchero.

— Weona ni cocinar sabí — dijo entre risas.

— Si las weas están listas po, los weones arman nomas.

— A bueno, tienes razón — asintió con su cabeza — En la tarde necesito que me acompañes a comprar una aguja para la máquina.

La jenny humphrey le dicen.

Tiene todo esta weona, es media rubia, le gusta hacer su propia ropa, tuvo su momento dark y todo. Solo que su papá no la apoya, mas bien él sueña con que estudie medicina como toda su familia. Su mamá tampoco la apoya porque ella esta de acuerdo con su papá en todo.

— Ayer me llevaron a hablar con su jefe — dijo, sú papá es médico cirujano y sú mamá es pediatra.

— ¿Y pa' que weon?

— Para que me convenza con la medicina po — rodó los ojos.

Siempre le he dicho que el que sus papás sean médicos es la peor maldición de su vida, la weona nunca se pudo hacer la enferma porque la cachaban altiro.

— Mira, mi papá me envió esto de su turno pasado — abrió su galería y comenzó a buscar.

Me paso su celu y el video se comenzó a reproducir, aparecieron unas manos con guantes quirúrgicos estas sacaron el parche de la herida, sólo vi un poco de sangre y tiré el celu a la chucha del susto.

— Weona mi celu — grito la Alessia y se agacho a buscar su celu.

La micro pego una frena y las dos quedamos estampadas en los asientos de adelante.

— Le regalaron la licencia a este weon o que— reclame.

La Alessia le levanto, se sobaba su frente y me miraba con sus ojos cristalinos por el golpe. Me agache yo ahora a buscar el celular, solo lo vi deslizarse por el piso hasta los asientos de adelante.

— ¡Puta la wea! — me trate de parar pero me pegue en la cabeza también.

Antes de levantar la cabeza vi como una mano recogía el celu, me relaje porque por lo menos no se iba a estar por toda la micro.

— Ya lo recogieron — le avise y me termine de parar.

Un chico se levantó, pude ver el celular en su mano.

— Él lo tiene — lo apunte y la Alessia se calmo un poco.

Solo que él weon nos ignoró, la Alessia le empezó a gritar y él no pescaba. La micro paro y el culiao se bajo rápido.

— ¡Él weon me robo el teléfono! — grito mi amiga.

Pase encima de la gente y empece a tocar el timbre como una loca, pero sorpresa la wea de timbre no funcionaba. Mientras la micro avanzaba podía ver al weon caminando tranquilamente, iba con un gorro negro y con el gorro de su poleron, solo pude distinguir algo en él, un tatuaje en la mano bueno creo que eran varios tatuajes.

— No toque tanto el timbre si la escuche — el chofer nos habló fuerte.

— ¡Para la wea po, si me robaron! — le grito la Alessia.

La micro volvió a parar de golpe y el conductor abrió la puerta. Me baje rápidamente y comencé a correr para buscarlo.

— ¡Gracias por nada, aweonao! — le grito la Alessia al conductor y se bajo de la micro.

Pocas veces se veo a mi amiga así de enojada, solo pasa para las alianzas (cuando tiene que pelear con el centro de alumnos), cuando los profes cambian las fechas de las pruebas a última hora y al parecer cuando le roban.

Corrimos unas dos cuadras pero ya no había ni rastro del weon.

— La peor wea es que iba desbloqueado — se lamentó la Alessia.

— Sia perdón — me disculpé, en realidad me siento súper culpable y soy la culpable además.

— Tranqui, es una cosa material — dijo — Además la batería le duraba como quince minutos.

Ambas reímos, pase mi brazo por su hombro y caminamos así.

— ¿Sabes que vamos a llegar atrasadas, cierto? — le pregunté.

— Yep.

— Y que la inspectora nos va a webear por el resto del año.

— Sufriremos juntas.

Picao a flaiteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora