𝗍𝗋𝖾𝗂𝗇𝗍𝖺 𝗒 𝗈𝖼𝗁𝗈

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Olivia

La mirada del Dean me lo decía todo, ni siquiera era de enojo era de decepción. Podía apostar que me desearía no haberme conocido y con justa razón.

Pero tenia que seguir fingiendo para que esto saliera bien, no podía flaquear ahora están tan cerca.

— Si él Dean sabe de este plan no me va a dejar ayudarlo— le dije al Gabo, preocupada.

Él es así y aunque se estuviera ahogando no dejaría que alguien se tire al agua para ayudarlo.

— Por eso nadie lo va a saber, solo tú y yo hasta que sea necesario la ayuda de los demás — respondió él Gabo — Así es imposible que salga mal.

Por eso fui al negocio de la tia del Dean, sabía que él Paulo estaría ahí y era el momento para entregar al Dean. Nosotros tendríamos el control, yo lo tendría.

Él Gabo se sorprendió con la rapidez con lo que logré todo lo que me había pedido, pero por él weon del Dean ya era capaz de todo.

Era tan capaz de todo que estaba en la casa de el weon que nos quería eliminar como hormigas pero ahora había recibido la plata de este mismo.

A eso le llamo ser doble agente.

Ahí esta la mina en que tanto confiaste — me apunto él Paulo mientras le hablaba al Dean — Ella fue tú perdición po pendex.

Él Dean no decía nada y eso me quemaba por dentro, quería decirle que todo era una farsa y que pronto llegaría él Gabo a ayudarnos. Pero no podía decir nada, tenía que seguir fingiendo.

Sujete con fuerza el bolso que me había dado el Paulo, mi teatrito tenía que seguir. Aunque eso significara perder por completo la confianza del Dean.

— Que terrible perder a alguien tan valioso como tú, pero eso pasa cuando me desafían, terminan desapareciendo — habló él Paulo.

Algo hizo click en mi cabeza, como un deja vu.

— ¿No hay nadie que odie al Paulo? — le pregunté al Gabo con esperanza— ¿alguien que nos ayude?

— La única persona era su hermano — contó— pero desapareció sin dejar rastro.

La conversación con él Gabo se me vino a la cabeza, ¿y si...?

"El hermano del Paulo no duro mucho, le dió la pera y salió arrancando en cuanto pudo"

Es una teoría loca, casi de otro mundo. Pero así se resuelven misterios pensando a lo loco.

¿Y si él Paulo mato a su hermano? ¿y si eso era lo que sabía la Daria? Era muy descabellado pero a estas alturas yo ya creía todo.

— Necesito un baño — interrumpí.

Todos los presentes me miraron, no sabía que más querían que dijera o que esperaban. No tenía otra excusa.

Él Paulo le hizo una seña a uno de los secuaces y este me tomo del brazo bruscamente y me llevo por un pasillo.

— Tú celular— me ordeno mientras estiraba su mano.

Sin reclamar se lo entregue y me encerré en el baño. De mi sostén saque el celular que tenía en caso de emergencia y busque el número del Julian.

Mientras este contestaba busqué un vaso, puse agua en este y fingí que estaba haciendo pipi.

— ¿Estai bien? — preguntó apenas contestó— ¿Entramos?

Picao a flaiteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora