𝖼𝗎𝖺𝗍𝗋𝗈

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Olivia

Revise todos los papeles de la carpeta que me había entregado mi madre. Según ella están todos, y eso espero porque no quiero andar como las weonas buscando más papeles.

Miro por la ventana de la micro y cacho que quedan pocas cuadras para llegar a la plaza, desde ahí se supone que son unas cuatro cuadras al preu.

Me quede embobada mirando por la ventana que no me di cuenta que me había pasado.

Grande Olivia, siempre tan atenta.

Baje de la micro, si no me equivoco la plaza esta a unas seis cuadras así que no estoy lejos del preu. Me puse los audífonos y camine tranquilamente, total tiempo tenia de sobra.

A mi lado siento una gran ráfaga de viento, levantó mi vista y veo alejarse a un weon en bici.

Se cree flash el culiao acaso.

Lo ignoro, saco mi celu del bolsillo y le dejo un mensaje a la Alessia para que me venga a buscar más tarde, al weona le pasaron un celular de teclas que con cuea sirve para llamar así que le tengo que enviar mensajes de texto, me voy a quedar sin saldo si seguimos así.

Llegué al preu, le pregunté al guardia a donde chucha tenia que ir y él amablemente me guió hasta la oficina. La señora que me atendió se veía de una edad con mi mamá.

— No solemos aceptar a jóvenes en estás fechas, pero la Vicky vino personalmente a pedir que te aceptáramos — dijo desde la impresora.

— Tan amable la Vicky — sonreí falsamente.

Una arpia la Vicky, se hace la madrastra amigable y la wea, siendo que trata como el hoyo hasta a sus propios hijos. Talvez por eso esta con mi papá, a ambos les importan bien poco sus hijos.

— Ya ahora dos cosas — se volvió a sentar y miro al computador — Tienes que dar los diagnósticos y después puedes hacer tu horario.

— ¿Y eso demora mucho?

— No debería, no hay tantos diagnósticos que revisar. Si estás dispuesta los puedes hacer ahora.

— ¿Pueden ser mañana?

La señora me asintió y empezó a escribir en el computador. Que bueno que me dejaron hacerlo mañana porque sino ese diagnóstico iba a decir que tenía que volver a kínder porque no aprendí nada.

— Hasta mañana — se despidió la señora y me cerro la puerta de su oficina.

Deje la carpeta y el montón de weas que me dieron con el logo del preu en los asientos, debería haber traído mochila para guardar todas estas weas.

Busque el numero de la Alessia y la llame.

Wna casi me roban este celular.

Sia no webees po, si ese celular es del año de la pera.

Eso les dije y me dejaron tranquila — dijo victoriosa — Me falta bajar la cuesta del súper y llego.

Te espero en la esquina — corte la llamada porque sino me quedo sin saldo.

Guarde mi celu y los lápices en mi bolsillo, me amarre el pelo en un tomate porque el viento me deja toda chascona y con el pelo todo enredado.

— Solo vengo porque mi tia me obliga — dijo una voz — No te mando a la chucha porque se que sería un regalo pa vo'.

Lo mire de reojo, se le veía muy enojado, apuesto que si la persona con la que esta peleando estuviera en frente de él le tiraría el celular en la cabeza.

Lo volví a mirar y note algo en su mano, eran varios tatuajes de los cuales solo distinguí una rosa y un sol con una luna. El fashback de ayer en la mañana llego a mi cabeza como un pelotazo en la cancha.

mierda, es él que nos robo.

Concha, ¿que wea le digo?, ¿me hago la weona? demás que me sale natural. Nopo, si el culiao le robo a mi amiga lo tengo que hacer cagar.

— Chao noma — lo mire y él ya había cortado la llamada.

Mi momento.

— Oye, disculpa — con mi dedo indice toque su hombro.

— ¿Que pasa reina? — se giro y se saco el gorro de su poleron aunque aun tenia puesto un gorro negro.

— Es que me robaron el celu ayer en la micro y ahora no tengo como llamar a mi amiga — me monte la actuación de mi vida y él solo tenía una poker face — ¿Me prestas el tuyo?

Sin decir nada busco en su bolsillo y me entrego su celular. Al tener todas mis cosas en mis manos solo una idea paso por mi cabeza, correr con su celular y devolvérsela de la misma forma.

La puerta principal estaba abierta y eso me daba mas chances de una escapada victoriosa. No lo seguí pensando y me puse a correr como cuando vamos a computación con el curso.

— ¡Me tení que estar webiando! — grito a mis espaldas.

Mi idea era solo dar la vuelta a la manzana y después devolverle su celular. Corrí una cuadra completa y me pareció raro que no me viniera siguiendo, pare y mire para atrás pero no se veía ni un alma.

El celular se deslizó por mi mano y yo me gire sobresaltada.

— Como ladrona te mueres de hambre — me mostró el celular en su mano y en su cara una sonrisa sin dientes.

— Tú me podrías enseñar, ya que eres tan experto.

— Fíjate que tu oferta no me interesa — se dió media vuelta y comenzó a caminar.

— Erí muy care' raja — camine más rápido que él y lo sobrepase para quedar frente a frente.

— ¿Por? — levanto una ceja.

— Le robas el celu a mi amiga y después te haces él desentendido — le reclame.

— Le hice un favor a tú amiga, su wea esta re mala.

— ¿Y eso te da el de derecho a robarle?

— No, pero — pero, ¿dijo pero? él weon pasao — Ya perdón, listo.

— Si, listo — asentí — Hasta nunca.

— Hasta nunca — rodó los ojos y paso por mi lado.

Picao a flaiteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora