Elección

465 68 1
                                    

Al llegar al palacio Sasuke bajo del caballo y ayudo a la ojiluna a bajarse para poder entrar.

Mientras, los hombres de Deidara se lo llevaron a la enfermería real para curar las heridas que a pesar de no ser nada graves requerían atención.

-Esperen aquí, por favor- Pidió un sirviente a los 3 viajeros para que tomaran asiento 3n el salón real.

-Vaya, este castillo es muy... distinto- Dijo Naruto mirando a todos lados.

-Demasiado exagerado para mi gusto- Exclamó el Uchiha mirando una foto enorme de Deidara en medio de la pared.

-Espero que ese tonto rey traiga a una bruja para que me vuelva humano, no soporto más un caballo- Dijo Naruto exhausto.

-Solo aguarda un poco, Naruto-kun- Respondió Hinata intentando darle ánimos.

-Ya vine, lamento la demora- Dijo el rubio rey entrando todo vendado a la sala.

-Ya era hora, devuelvame a mi forma ya- Gritó Naruto.

-Por supuesto que sí pequeño corcel, pero antes debemos descansar. Ya le pedí a mi secretario que les mostrará sus habitaciones. Luego de cenar hablaré con la princesa- Explicó sonriendo con malicia.

-Siganme por favor- Pidió el secretario y los llevo a cada uno a su cuarto.

Sasuke no entendía el porque debería estar ahí, es decir, ya había terminado su trabajo y no estaba para nada cansado, estuvo casi toda la mitad del camino encima de un caballo.

A ambos los dejaron solos en una habitación enorme exclusiva para ellos.

-No quiero descansar. Prefiero correr el reino entero con mis piernas a seguir siendo un corcel- Comentó el rubio bastante desanimado.

-Ya casi nos vamos, duermete-

Por otro lado, Hinata se quedó junto a la habitación de Deidara y se sentía algo incomoda a decir verdad, no le agradaba en absoluto esa persona.

-¿Puedo pasar?- Preguntó una voz detrás de la enorme puerta.

-Claro, pase- Contesto ella.

-¿Como se siente?- Preguntó el rubio con sonrisa.

-Estoy bien, gracias- Respondió educadamente.

-Que bueno, vamos a mostrarte el castillo- De inmediato ella se levanto y camino junto a él, solo esperaba que no tardara demasiado.

Caminaron juntos mientras el Rey le mostraba las extravagancias pinturas y cuadros, además de las lujosas salas y el fino mármol.

-Y por último, el trono- Dijo señalando un lugar donde había un enorme trono junto a uno igual de grande pero más delicado.

-Todo es muy bonito- Dijo con una sonrisa.

-Sí, ese trono será tuyo, bueno, si es que lo quieres y no te vas con el Uchiha- Al escuchar eso la mujer no entendió porque se puso pálida y sus piernas temblaban.

-¿Q-q-qué quiere decir?- Intentó sonar natural.

-No soy tonto, querida Hinata, sé que ustedes tienen algo-

-S-se equivoca- Intento refutar.

-La escena encima de mi caballo no dice lo mismo, linda- Sonrió sadicamente.

No puede ser, los había visto. Pensaron que habían sido lo suficientemente cuidadosos, pero no fue así para nada.

-Y yo que creía que los de Taka nunca le faltaban a su palabra, pero bueno, hoy en día es muy fácil decepcionarse de la gente-

-No e-s lo que piensa. Sasuke-kun y yo nunca h-hemos estado intimamente- Contesto con algo de vergüenza.

-Yo los vi manosearse princesa o ¿es que acaso crees que la virginidad es solo coito?- Preguntó sarcástico.

-Si ya no le sirvo déjeme ir- Exclamó algo intimidada.

-Así no funciona esto. Hice un trato con el Uchiha ese y si tú te vas no voy a cumplir con mi parte, así como él no cumplió con la suya-

-No puede hacer eso- Dijo enojada.

-Claro que puedo. Pero si te quedas haré como que no vi nada y dejaré que se vayan tranquilamente-

No sabía que hacer. Por todo lo que le había contado Sasuke sabía como era ese tipo. No era justo que por su amorío con Sasuke el tuviera que vivir como caballo toda su vida.

-Piensa en lo que harás y en la cena me avisas Hi-na-ta- Susurró en su oído.

Se fue a su habitación intentando pensar en qué hacer. Engañarlo no era una opción en definitiva, pero no podía quedarse con Sasuke, el rubio tendría que vivir por siempre como un caballo y por lo visto cuando llegaron al castillo él no soportaba ni un minuto más. Debía hacer lo correcto ¿no?

Toc toc
-Adelante- Contesto un azabache.

-Su majestad pide que bajen para cenar-

-Ya vamos-

Ambos chicos bajaron a cenar, no tenían hambre pero querían terminar esto de una vez por todas.

Se sentaron y pronto llego Hinata y Deidara junto a los meseros que comenzaron a servir la comida.

Comieron despacio y en silencio, un ambiente bastante incómodo.

-Bueno, Hinata, ¿deseas decir algo?- Pregunto con una hipócrita sonrisa mientras Naruto y Sasuke subieron la mirada.

-Yo... etto... me quedaré aquí-

Naruto abrió los ojos como platos y Sasuke disimulo muy bien su expresión de asombro.

-Bien, entonces, nosotros ya nos retiramos- Ambos hombres se levantaron de la mesa y Naruto intentaba morder la camisa de Sasuke pero no llamaba su atención.

-Por cierto, Naruto- Dijo dándole la espalda a Deidara.

-Oh sí, ¡Bruja!- Gritó y una anciana de apariencia horrible toco a Naruto con un bastón y de inmediato el rubio volvió a su estado normal.

-Pero... Sasuke...-

-Camina- Ordenó y así ambos salieron del lugar.

Hinata con los ojos llorosos salió corriendo a sus aposentos y se tiro a la cama a llorar. Sasuke no dijo palabra alguna y solo se marchó, no lucho por ella como en los cuentos de hadas que leía cuando era niña.

¿Realmente la amo? Se preguntaba o tal vez, la vida no era como ella creía algunas veces, dónde el príncipe deja y se enfrenta a todos solo por su amor.

Mientras tanto, Sasuke caminaba sin decir nada, pensando en como ese rey idiota había chantajeado a su princesa.

Salvando a la princesaWhere stories live. Discover now