A mi

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Al día siguiente Sasuke se levantó con grandes ojeras, no había podido conciliar el sueño en lo absoluto.

Ese Deidara había chantajeado a Hinata para que se quedara a su lado. Seguramente le había dicho algo de él o sobre Naruto, bueno, no importa, igual lo iba a averiguar.

Tomo una ducha y bajo a desayunar con su familia. Como siempre no hablaban mucho y solo disfrutaban de los alimentos aunque esta vez

-Les tengo noticias- Habló Fugaku.

-Dinos cariño- Pidió la reina.

-El Rey Deidara va a casarse hoy en un par de horas, por lo que, tal vez eso ayude a mejorar nuestra relación con Akatsuki-

-¿Nos invitaron a la boda?- Pregunto Itachi.

-Claro que no- Respondio el Rey luego de tomar un poco de agua.

Iban a seguir conversando pero fueron interrumpidos -Disculpe, Sasuke-sama, lo busca Naruto-sama- Dijo una mujer de la servidumbre.

-Permiso- Exclamó Sasuke antes de levantarse de la mesa e ir a ver que quería su rubio amigo.

Una cocinera le indicó que el Uzumaki había subido a su habitación, así que se movió hacia allá.

-Dobe, ¿qué haces aquí?- Dijo entrando por la puerta.

-Es obvio Teme, ¿cual es el plan para traer a Hime de vuelta?- Pregunto entusiasmado saltando en la cama.

-¿De qué hablas?- Preguntó fastidiado de pensar como quería su colchón cuando ese tonto dejara de jugar.

-Que vamos por Hinata- Dijo con ironía terminando de saltar.

-No sé si quiero- Se asincero cabizbajo sentandose en el borde de la cama.

-Pero Teme, tú la quieres- Exclamó sin entender nada el rubio.

-Ella sabe lo que hace, no es tonta y si ella consideró que lo mejor fue quedarse allá debemos respetar su decisión-

-¡Ah no eso sí que no!- Se abalanzó sobre Sasuke y lo tuvo en el suelo tomándolo del cuello.

-Tú amas a esa mujer ¿no?-

-Sí-

-¡¿Quieres abrazarla?!-

-Sí-

-¡¿Complacerla?!-

-Sí-

-¡Darle darle todo tu ternura ajaaa!-

-¡Ya entendí!-

-Bien, así que vamos por ella- Sonrió Naruto satisfecho y lo soltó.

Ambos bajaron rápidamente de la habitación y Sasuke avisó a un guardia de que iría al Reino de Akatsuki.

No tenía miedo pero sabía que era peligroso. Deidara podría ponerlos en peligro por cantidad pero no importa, haría lo que fuera para quedarse con esa mujer, claro, si ella lo aceptaba.

Entraron una vez más al reino y no había nadie por las calles, pero las campanas de la iglesia delataban el suceso que estaba a punto de ocurrir.

Corrieron hasta enfrente de la iglesia y Sasuke estaba a punto de correr y romper esa fuerza pero fue detenido por su amigo.

-¿Qué pasa ahora?- Preguntó el azabache fastidiado.

-No puedes entrar así como así. Debes esperar a que el obispo diga la frase de "Que hable ahora o calle para siempre" a las mujeres les gusta lo cursi- Dijo Naruto levantando el pulgar.

Salvando a la princesaWhere stories live. Discover now