•Capítulo Final•

3.4K 303 211
                                    


•🥀•
P

arte 1.

Y volvía a allí, al mismo sofá frente a la misma televisión, envuelto entre las penumbras que le ofrecía aquel cielo nocturno y la soledad que le venía embriagando cada noche en vela. Y pese al tiempo que había avanzado terriblemente rápido, aún no se acostumbra a aquella soledad que le brindaba una gran casa vacía. No era por Irina, hace mucho que había superado su ruptura. No era por Raúl, él ni siquiera había puesto un pie en esa casa. Era por él, porque ahora que se había dado el tiempo de pensar más a fondo, de analizar su vida o simplemente detener todo el caos en su mente y echar un pequeño vistazo a lo que ocurría a su alrededor, podía notar sus errores, lo que no valoró, lo que tenía y simplemente por su estupidez perdió. No era la monotonía, no era el aburrimiento o la falta de emoción en su vida, no era la perdida de esa chispa que alguna vez poseyó, sólo era él, conociendo otras facetas de sí mismo que ni la fama y la diversión le dio tiempo a contemplar. Era él, encontrándose, porque nunca sería lo suficientemente tarde para hacerlo, porque no sólo de adolescentes se exploraban y definían, es toda una vida, un cúmulo de momentos y experiencias que nos moldean sin un resultado certero, una vida completa de autoconocimiento... de ser quienes queramos ser.

Y Rubén sabía que su yo actual no era el mismo del pasado ni sería el mismo del futuro, pero si sabía que era lo que lo había llevado hasta donde estaba y no se arrepentiría jamás de ello. Ni de sus decisiones erradas, ni de sus acciones cuestionables, porque una vez más, eran ellas las que lo habían convertido en el Rubén de ahora, en El Rubius OMG. Dios, decirlo le parecía un poco arrogante, pero quién mejor persona para reconocer sus logros que sí mismo.

Y entonces abrazó su soledad y el silencio tortuoso y las penumbras de una noche nublada. Se dejó envolver, aceptándolas como una parte de su vida, disfrutando de la tranquilidad que le brindaba la misma, al igual que la parte que disfrutaba la compañía. Porque todas eran parte de quien era y debía aceptarlas... aceptarse.

Él era Rubén Doblas Gundersen, un hombre de ascendencia nórdica criado en España, quien disfrutaba de los videojuegos, del anime y de las cervezas frías. Era él, un hombre de treinta años el cual se sentía atraído tanto por hombres como por mujeres, era él, quien se había enamorado de su colega por medio de un juego de realidad virtual. Era él y se aceptaba, con sus defectos y sus virtudes, porque había comprendido que antes de amar a alguien debía amarse a sí mismo.

Apagó la televisión, sumiéndose en el silencio que el espacioso lugar le daba. Acarició a uno de sus gatos observando la nada misma, comprendiendo que habían ocasiones que se podía disfrutar de ella. No era monótono, sólo era la vida transcurriendo a su paso, porque ello no era una película o un libro de ficción, porque ello era la vida real y no siempre estaría ocurriendo algo emocionante y gracias a momentos como esos, calmos e insonoros, se había podido dar cuenta de ello.

La boda de Willy estaba a la vuelta de la esquina, era increíble como había volado el tiempo, haciendo de tres meses algo imperceptible, casi en un parpadeo o aletear de una bella mariposa. Debía ir preparando que se pondría para el gran día, no era de ponerse ropa muy elegante, no se sentía tan cómodo en ella, pero sabía que en una ocasión tan importante como esa debía vestirse acorde a ella.

Movió unos cuantos hilos para que un traje de buena calidad fuese confeccionado a tiempo para el evento, aquel contacto acudiría mañana para tomarle las medidas y que su cuerpo no se viera como una percha con el traje puesto, ello debido a su delgada contextura.

Se fue a dormir, comenzando a contar los días para la ceremonia o, más bien, para volver a ver al chico que ocuparía sus sueños esa noche.

•🥀•

𝒁𝑶𝑹𝑹𝑨 •Rubiusplay•🥀Where stories live. Discover now