Capítulo 13.|¿Quién es Wendy?

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—Lo siento nena, pero ya sabíamos que lo veríamos pasar.—Me abrazó a su lado mientras acariciaba mi cabello.

Nos encontrábamos en la cafetería de la universidad, había terminado de contarle lo ocurrido la noche anterior a Justin y la verdad no se sorprendió mucho, como él ya lo dijo, lo veíamos venir. Lo que más me molesta en estos momentos es que se venga a vivir a Nueva York por ella, por ella que realmente no es nadie, pero que si logró lo que yo quise por años, intentar que mi padre se instalara en Nueva York conmigo, pero ahora es diferente, se viene a vivir a Nueva York pero con ella.

—Pero no te voy a perdonar el hecho de que te fueras para donde tu madre. Podrías haberte ido a mi departamento, yo podría haberte abrazado toda la noche.—Dijo besando mi mejilla haciéndome sonreír de inmediato.

Lancé un suspiro y me senté derecha para verlo a los ojos.

—Yo sé que sí, pero la verdad necesitaba ver a mi madre.—Sonreí recordando como se había portado conmigo.—Fue muy especial sentirme como su hija nuevamente.

—Me alegra saber que tú y tu madre han solucionado todo.—Me besó cortamente derritiéndome con su sonrisa deslumbrante.

La puerta de la cafetería se abre y por ésta entran las tres chicas super poderosas, que falta de glamour. Jessica, Sarah y Lauren toman asiento en una de las mesas y se sumergen en una conversación. Los ojos de Jessica se detienen en nosotros y hace una mueca de desagrado al vernos juntos. Suspiro, realmente ya me estoy acostumbrando a su forma de actuar conmigo.
Miro a Justin y sonrío de lado con mi sonrisa de chica traviesa, él me mira algo confundido mientras yo busco algo en mi bolsa.

—¿Qué buscas, Debs?—Me preguntó mientras me veía buscar en mi bolsa.

—Sé que lo puse por aquí.—Mordí mi labio mientras buscaba.—Aquí está.

—¿El perfume de Jaxon?

Reí despacio y lo sostuve en mi mano.

—Sí, acuérdate que se lo debo a Lauren y ahora mismo iré a dárselo.—Dije poniéndome de pie dejando a Justin sentado con una sonrisita nerviosa.

Caminé entre las demás mesas hasta llegar a ellas. La vista de las tres se plantó en mí y sonreí con mi sonrisa de encanto.

—Hola chicas. ¿Cómo están?—Hablé de lo más entusiasmada.

—¿Qué haces aquí Bradshaw?—Preguntó Sarah con desprecio.

—¿Se puede saber que necesitas? Mis amigas y yo estamos ocupadas.—Dijo Jessica con las cejas levantadas.

Negué con la cabeza, de verdad me estaba divirtiendo con esto.

—Oh, lo siento, no voy a quitarles mucho tiempo, lo prometo.—Sonreí mucho más.—Es que como le había prometido a mi amiga aquí presente que le daría un obsequio, quise entregárselo ahora, una entrega especial y en persona.

Lauren estaba sentada delante de mí mientras mis manos descansaban en su hombro, la sentí ponerse tensa. Ups, parece que sus amiguitas no saben que ya nos estamos llevando bien.

—¿Tú regalándole algo a Lauren?—Preguntó Jessica sin entender.

—Sí, lo que pasa es que ya somos muy buenas amigas. ¿No es así Lau?—Y mientras más leña le hechamos al fuego, más este se enciende.

Los ojos de Sarah y Jessica fueron a parar hacia Lauren, la pobre no encontraba donde esconderse.

—¿Es eso cierto, Lauren?—Preguntó Sarah con su voz chillona.

—¿Eres amiga de Debby? ¿Desde cuándo?—La interrogó Jessica un tanto enojada y también percibo un poco de celos.

—Chicas, esperen.—Las detuvo Lauren sentándose mejor en su lugar.—Recuerdan que Debby y yo tuvimos que ordenar el salón de química y pues...

Ámame Sin Importar Qué #2Where stories live. Discover now