Capítulo 24.|Al descubierto.

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Ha pasado una semana desde el incidente con Parker. He estado de los nervios desde ese día. Mi padre se encargó de todo mientras hacía lo que para él, era más una venganza que la ley. Según él, Parker se merecía cadena perpetua, y lo entiendo, cuando a un hijo le hacen lo que Parker me hizo a mí, no hay poder sobre la tierra que impida a un padre detenerse y hacerlo pagar, y mucho más si tu padre es policía.

Parker ha rogado por mi presencia, necesita, según él, hablar conmigo, verme y toda esa mierda, pero yo no quiero verlo, ni siquiera quiero pisar la cárcel, es un lugar horrible y allí es donde pertenece. Justin ha estado mucho más cerca de mí que antes. Duerme conmigo, me prepara el desayuno, nos vamos juntos a la universidad, me acompaña a la biblioteca, hemos vuelto una o dos veces más a la pista de carreras, nos hemos refugiado en el huerto de flores para llenarnos de la tranquilidad que emana ese lugar. Han sido días en los que se lo agradezco enormemente, su compañía me hace más fuerte.

En cuanto a Jessica y a mí, todo está más que perfecto. Estoy tan feliz de que volvamos a ser las mejores amigas. Nos hemos juntado en tarde de chicas con Litzie y Kourt, y he visto que Jessica empieza a llevarse mejor con ellas, en especial con Kourt que no habían tenido un muy bonito comienzo que digamos.

Mi padre está de lo más contento con que Parker esté en la cárcel. Me enteré días atrás que le dio él mismo unas cuantas palizas y tuvieron que sacarlo de donde estaba Parker porque por poco y lo mata. Su relación con mi tía va de maravilla según ellos. No puedo negar que se ven muy bien juntos, estoy aprendiendo a aceptar verlos de arriba para abajo como dos adolescentes riendo por cualquier cosa, y me he dignado en pensar que ambos se merecen eso y mucho más. Mi madre y Bryan aún siguen en la ciudad, no sé cuando se marcharán pero parece que no tienen planeado hacerlo por ahora. Y hablando de mí, en unos días es mi cumpleaños número veinticuatro y realmente estoy emocionada. Hace ya bastante que no disfruto ni celebro de verdad un cumpleaños mío. Desde que pasó lo que pasó con Parker me había vuelto más encerrada en cuanto a celebrar mi cumpleaños, sentía que no tenía motivos para celebrar y que mi vida era un asco, pero las cosas han cambiado.

Estoy en mi departamento terminando unas cosas de la universidad. Últimamente no hago otra cosa que hacer trabajos y terminar tareas. El timbre se escuchó y con toda la vagueza que he adquirido estos días por culpa de Justin, me levanto del suelo donde estaba sentada y me acerco a la puerta para abrirla.

Oh, que sorpresa. Patricia aparece frente a mi puerta.

—Hola Patty, que agradable...—Su mano derecha se estampó en mi rostro haciéndome retroceder unos pasos atrás.

¿Qué acaba de pasar? Ella entra sin permiso alguno al living y se detiene enfrentándome cara a cara.

—Eres una cínica Debby. Jamás pensé que actuarías así.—Dijo mirándome con desprecio absoluto.

Me siento confundida, débil y con la cabeza dándome vueltas como una ruleta. Patricia nunca me había mirado de esta forma, tampoco me había hablado como lo está haciendo y mucho menos me había pegado como lo hizo.

Estoy temblando de la sorpresa.

—Patty, realmente no estoy entendiendo nada.—Suspiré con confusión.—Has venido aquí, me has pegado sin razón alguna y me tratas como si hubiera hecho algo malo. Explícame, porque no estoy entendiendo nada.

Su mirada era espeluznante, y su labio inferior temblaba y sus ojos estaban rojos, tenía ganas de llorar.

—¡No puedo creer que tengas el descaro de mentirme en mi cara!

Su voz alterada me deja saber que esto es algo grave. No entiendo nada, y estoy en un estado de shock profundo porque aún no supero la cachetada que me dio.

Ámame Sin Importar Qué #2Where stories live. Discover now