Capítulo 33.|Nunca debí dejarte.

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Los pasillos de la universidad estaban peor que el tránsito de Nueva York por las mañanas. Los estudiantes están de un lado a otro con rostros desesperados e impacientes. Para la mayoría hoy es día de los exámenes finales y están como perros fuera de su jaula.

Hoy tengo mi examen de idiomas con la profesora Quinn y no podía ser peor que ser mi primer examen para poder graduarme. La profesora Quinn es tan molesta y antipática que no le importaría reprobarme con tal de verme tomando su estúpido examen una vez más y reírse de mi cara de súplica. Últimamente mi casillero parece un cochitril, está hecho un desastre y he tenido que venir a ordenarlo antes de empezar mi examen.

Estos días he estado en el infierno y más allá. Estar sin Justin es horrible y ya lo había vivido, no es algo que quería que volviera a pasar, pero esta vez es diferente, yo siento que nuestro destino ya no es estar juntos y merecido me lo tengo. Termino de ordenar mi casillero y cierro la ventanita cuando mi mirada se fija en el pasillo. Justin venía caminando con algo de prisa hacia mí. Espera...¿Viene hacía mí? Mi mirada no se despega de la suya y me quedo inmóvil esperando su llegada.
Venía tratando de esquivar a todos en el pasillo, como dije, está peor que un tránsito de un lunes en la mañana. Cuando estuvo frente a mí se quedó observándome un momento. Sus manos estaban sudadas y su ceño estaba fruncido, no sé definir realmente como estaba, pero si existe una palabra para describirlo, es desesperado.

—Debs.—Susurró haciéndome tambalear.

Durante y después de nuestra ruptura no había vuelto a llamarme Debs, solía gritarme Señorita Bradshaw o peor aún, Debby. Tragué saliva y entrelacé mis manos en mi regazo.

—Justin.—Mi voz salió dificultosa, tenerlo cerca siempre me causaba esa sensación de alegría y nervios a la vez.

Lo vi batallar con su cabeza si habla o no, es un momento muy incómodo sinceramente.

—¿Podemos hablar? Sé que debes estar ocupada con los exámenes y eso, pero de verdad necesito hablar contigo, ahora por favor.—Habló con timidez y preocupación.

Mi ceño se frunció sin entender nada. ¿Qué tendría que decirme? ¿Se le olvidó un insulto más o quiere dejarme más que claro que ya no habrá nada entre nosotros?

—¿Qué sucede?—Pregunté sin entender su preocupación.

Suspiró y vi culpabilidad en sus ojos.

—Necesito que me escuches, necesito que hablemos...por favor, no te quitaré mucho tiempo.—Mordió su labio inferior y cuando él hace eso es porque de verdad está preocupado.

Lo miré a los ojos, mis ojos favoritos en todo el mundo, su color miel me transporta a mi lugar favorito; su alma. Suspiré y asentí.

—Está bien, vamos.

Comenzamos a caminar por los pasillos para encontrar un lugar privado para poder hablar. Sentía mis piernas temblar y mi corazón palpitar. Escuché a alguien gritar mi nombre detrás de nosotros. Nos detuvimos y vimos a Kourtney correr como loca suicida hacia donde nos encontrábamos. Fruncí mi ceño al verla preocupada. ¿Hoy a todo el mundo le dio con estar preocupado?

—¡Debby, Debby!—Se detuvo frente a nosotros con la respiración entrecortada.

Me acerqué a ella.

—¿Qué pasa Kourt? ¿Por qué tanto alboroto?

Trabajó duro con su respiración para poder hablar mientras Justin y yo nos mirábamos sin entender nada.

—Litzie acaba de tener un accidente en la clase de física y está en la enfermería.

Virgen santa. Justin y yo nos miramos junto con Kourtney con caras de terror y corrimos juntos hacia la enfermería. Al llegar a la puerta de la enfermería escuchamos a Litzie desde dentro quejarse y a un Nolan super desesperado tratando de calmarla.

Ámame Sin Importar Qué #2Where stories live. Discover now