Capítulo 32.|Solo por ti.

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Cameron.

No he podido estar tranquilo desde que Debby me dijo que Justin había terminado con ella. No me entra en la cabeza lo idiota que es Justin. ¿Qué le pasa? Es Debby, la mujer que él ama, por la que ha tenido que luchar contra todos, la verdad que es un cabrón de primera.

Me encuentro inquieto. Debería sentirme feliz de que ellos ya no estén juntos pero no puedo, simplemente no puedo. Ver la tristeza en los ojos de Debby me ha destrozado el alma, ella lo ama, así no esté con Justin yo nunca tendría una oportunidad con ella, está más que claro.

Debby es una mujer extraordinaria. Desde que la conocí supe que robaría mi corazón en cualquier momento, ella es de esas de las que ya no se encuentran. Cuando la miro a los ojos me pierdo en el color café de ellos, su sonrisa puede cambiar el mundo, pero cuando llora, puede detenerlo y hacer que todos lloren con ella. Debby tiene el poder de ser diferente, y el hombre que deje escapar a una chica como ella, es un imbécil que no tiene sentido común.

Desde lo sucedido con Wendy me he sentido solo todo el tiempo. Siempre he tratado de hacerme ver fuerte y que nada me lastima, pero en mi interior me siento completamente vacío. Entiendo a Justin y su odio total hacia mí, le arrebaté a alguien que era importante para él una vez, y tiene miedo de que vuelva a pasar con Debby, pero lo que él no sabe es que Debby es distinta, ella es solo de un hombre, y ese hombre es él mismo.

Hay días en los que recuerdo esos momentos junto a los chicos, y me invade la nostalgia. Eramos un equipo, donde fuera que sea, los mejores amigos del mundo, rompiendo reglas, disfrutando de la vida, yo era feliz, y yo mismo me arrebaté esa felicidad. Yo daría lo que fuera por volver a vivir esos momentos, por tener el perdón de Justin y la amistad de todos una vez más.

Estrujé mi cara lleno de frustración. Me encontraba en mi casa dentro de mi habitación. Mi padre se encontraba en su trabajo y Catherine se había quedado en casa el día de hoy. Escuché la puerta de mi habitación abrirse despacio y una carita de ángel con su oso de peluche en las manos se acercó a mí sentándose a mi lado.

—Princesa. —Besé su mejilla y dejé a un lado mis libros para prestarle atención a mi hermanita que de seguro tiene algo que decirme.

Movió de un lado a otro su oso de peluche favorito. Se lo había regalado yo en su cumpleaños número cuatro, no se lo despega para nada.

—Hermanito. ¿Estás bien?—Me preguntó haciéndome fruncir el ceño.

Con la mirada confusa la miré.

—Sí, estoy bien. ¿Por qué lo preguntas pequeña?

Subió su mirada inocente, tierna y dulce a mis ojos.

—Es que cuando llegaste de tu universidad has estado muy callado como si algo te molestara.

Me sorprendió la observación de Camila, es una niña muy inteligente.

—Eres muy observadora enana. —Ambos reímos. —Tengo algunos problemas pequeña, pero no atocigaré tu hermosa cabezita con ellos. —Alboroté su cabello rubio haciéndola reír.

—Se trata de una chica. —Afirmó.

—¿Una chica?—La miré curioso.

—Sí, mami me dijo que cuando los chicos de tu edad están preocupados o decaídos es porque una chica atormenta su cabeza.

Reí sonoramente, tendré que hablar con Catherine para que no me le llene la cabeza de cosas tontas a Camila.

—Tu mami debería dejar de contarte esas cosas. —Reí y Camila se acercó mucho más su oso de peluche a su pecho.

Ámame Sin Importar Qué #2Where stories live. Discover now