Capítulo 1: "Nuevo comienzo"

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El despertador sonó con un estruendoso sonido tomándome por sorpresa, salté de la cama sintiendo cómo mi pecho se aceleraba por lo ocurrido. Miré la hora, eran las cinco de la mañana. Un quejido salió de mi garganta, no tenía ganas de empezar el día, quería apagar el maldito aparato y volver a dormir hasta tarde, sin duda alguna las vacaciones de verano me mal acostumbraron de la típica rutina que adquirí yendo al colegio y teniendo que cumplir responsabilidades. A pesar de todo esto, debía ir a la universidad una semana antes de que empezaran las actividades académicas para poder acomodar todo en lo que sería mi habitación durante cinco años o inclusive más. Por un momento me maldije a mí misma por no haberme tomado un semestre o año sabático, no estaba preparada para esta nueva etapa en mi vida académica, de solo pensar en mi futuro y tener que planear mi vida a largo plazo sentía cómo todo a mi alrededor se paraba, era como si el tiempo se detuviera por unos instantes, haciéndome sentir pequeña e incapaz de mí misma. Ser responsable nunca ha sido lo mío, nunca he tenido suficiente fuerza de voluntad como para hacer las cosas por el simple hecho de querer, siempre me sentía obligada. Una vez que algo o alguien me hacía caer en cuenta, todo volvía a la normalidad, la sensación de agobio y vacío se iban, era una sensación desastrosa.

Me sacudí los ojos que estaban rojos y pesados de cansancio por el poco tiempo que había dormido, estaba demasiado ansiosa por estar en un nuevo ambiente, con nuevas personas, compartir habitación con una completa extraña, más rigor académico, simplemente no pude evitar no pensar en ello durante toda la noche, a parte de la mala costumbre que agarré de dormirme muy tarde durante estos últimos meses, un vicio terrible que no he podido deshacerme de él. Estiré mis brazos y bostecé, me rasqué el cuero cabelludo, quité la suave sábana que cubría mi cuerpo y me levanté de la cama, me estiré por una segunda vez, esta vez cerciorándome de descansar todo mi cuerpo. Caminé hacia el enorme espejo que estaba cerca del clóset y miré mi reflejo, estaba llena de ojeras y traía siempre el mismo gesto de pocos amigos en mi rostro que no me ayudaba a verme mejor frente a los demás, además de eso, mi postura corporal era pésima, parecía muerta en vida. Debía cambiar todo eso de alguna manera, a simple vista pareciera que odiara a todo el mundo, mi propia vida y que no tuviera ningún amigo, aunque bueno, son hechos que para mi persona tenían bastante razón, en parte por eso mi círculo de amigos era bastante reducido, no cualquiera podía soportarme.

Los tres años que duré en la preparatoria no fueron los mejores del mundo, pero tampoco los peores, todo gracias a Connie y Sasha, mis dos vivaces mejores amigos, sin ellos no sé qué hubiera hecho. Sus muy extrovertidas personalidades me permitieron adaptarme poco a poco al hostil ambiente escolar, no era lo mejor del mundo porque a mi alrededor sentía que aunque me incluyeran, los demás me ignoraban, de todas formas, no los culpo, siempre he sido una persona bastante aburrida y estancada en su monótona zona de confort, sentía que gran parte de mi adolescencia la desperdicié haciendo absolutamente nada. A pesar de todo eso, mis dos amigos nunca me dejaron sola en ningún momento, ni aunque siempre les rechazara salidas colectivas por culpa de mi ansiedad social.

Dejé de mirar mi deprimente reflejo en el espejo y tomé la ropa que había preparado ayer para el día de hoy: un simple pantalón vino tinto, un suéter de colores blanco y negro y unas cómodas botas oscuras, todo esto teniendo en cuenta que la universidad a la cual me inscribí se encontraba en una zona bastante fría del país, serían aproximadamente tres horas en auto para llegar al lugar. Con la ropa en mano me dirigí al tocador, me quité el pijama y me metí a la ducha.

Por unos instantes me quedé pensando en cómo sería el campus, las personas que habitaban en él, el ambiente en general. Para ser una persona bastante negativa y ansiosa, mantuve la esperanza de que fuera considerablemente ameno, a fin de cuentas, Sasha, Connie y yo teníamos planeado matricularnos en la misma universidad porque nos ofrecía los mismos programas profesionales que queríamos cursar, además de la buena fama que tiene, siendo no una de las mejores del estado, pero sí lo suficiente para ser bien recomendada y bien vista por las personas. Aunque los tres no estuviéramos estudiando la misma carrera, y ni de cerca en las mismas facultades, podía sentirme más segura estando en el mismo lugar que ellos.

No lo mires a él. (Levi x Lectora x Eren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora