Psyque en el Templo del Amor [Mo Dao Zu Shi][WangXian][AU]

11. El Jacinto que dejaste es lo único que me queda de ti

Significado Jacinto Púrpura: Simboliza pesar, aflicción y tristeza.

|§|

Dentro de un contenedor abandonado en el puerto de Nantes, una mujer grita implorando piedad cada que su rostro es sumergido en un tambo de agua fría como una forma de presión para que revelara lo que aquella mujer sentada con suma tranquilidad en una silla alejada del caos le preguntó con anterioridad, y que al ver una negativa de su parte dio comienzo a aquel...incentivo.

––Paren––dijo con voz monótona la joven, quien ni siquiera le dedicó una mirada a aquella mujer, mostraba más interés en la brújula que tenía entre sus manos, jugueteando y ocultando sus pensamientos tras esa afilada mirada grisácea.

La mujer empapada en agua, sudor y lágrimas mostró implícito agradecimiento porque su martirio terminara, pero lejos estaba de acabar y estaba por descubrir que existían otro tipo de torturas.

––Ma....perdón, mi señora––llamó uno de los hombres que la sujetaba y se corregía ante la mirada asesina que la joven mujer le dedico––¿Qué hacemos?

––Por ahora, hagan que Madam Mo se ponga cómoda, no quisiera que se fuera sin revelarme lo que me interesa.

––Escucho y obedezco––musitaron ambos hombres que arrastraron a la agitada y temblorosa mujer a una silla a la cual ataron de pies y manos y eso solo la hizo gritar y patalear por el trato, pero nadie de los que estaban ahí la liberarían por más que suplicara.

Madam Mo jamás creyó que las amenazas que le soltaba cada que le sacaba dinero fuese tan literal, su narcisismo le hizo creer que podría jugar provocando con amenazas al aire, ahora su destino será decidido por esa mujer con cara de ángel y mirada de demonio.

Solo sale de sus pensamientos cuando la voz del hombre que la trajo a ese lugar resuena dentro del desolado contenedor.

––Ronnie no crees que estás siendo demasiado dura, la pobre mujer apenas y podría mantenerse en pie de no ser porque esta sobre aquella silla.

Verónica le dedicó una mirada envenenada a su hermano, quien se ríe al verla irritada.

––Tu no te metas, este es mi trabajo, ya rompí una regla al traerte aquí, si ella se entera mi esfuerzo se ira al carajo.

––De acuerdo, de acuerdo, me mantendré al margen––el joven de burlona sonrisa eleva las manos en gesto de paz y se dirige a tomar asiento donde anteriormente ella estuvo y se distrae mientras deja que su hermana se haga cargo.

La joven doctora se acerca igual que una peligrosa gacela en busca de su presa y puede incluso saborear el temor en aquella mujer y cuando la toma del mentón de forma brusca ni siquiera se percata de que se ha hecho sobre sus pantalones.

––Te lo dije, te lo repetí una y otra vez que me ibas a pedir dinero que no te acercaras a Lan WangJi y su familia, pero parece que ni siquiera tu propio idioma entiendes.

––Nunca te prometí nada.

Verónica la suelta haciendo que su cabeza rebote en el aire, el dolor se asienta en su cuello, pero han sido tantos ya que ni siquiera lo percibe.

––Peor para ti, porque eso significa que no estaré faltando a mi palabra si te mato aquí mismo, de todos modos, ni siquiera así te reunirás con A-Yu.

––¿Qué?

Verónica le dedica una mirada críptica y luego esboza la sonrisa más tétrica que posee volviendo a causar escalofríos en Madam Mo.

––No lo sabias, tu amado A-Yu, murió hace siete años poco después de dar a luz––los ojos desorbitados y el semblante pálido de la Madam Mo cambió de golpe y eso solo generó satisfacción en Verónica––¿Acaso la persona que te trajo aquí no te lo dijo?, muy mal, muy mal.