Hinata es extrovertido, alegre y amable, así que es muy difícil que alguien le llegue a caer mal. Pero siempre existen las excepciones, y una de ellas era su vecino ruidoso a lado de su casa.
¿Podra algún día hacer que su vecino se calle aunque se...
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Al siguiente día que era sábado...Shoyo quería arrancarse las orejas.
La fuerte música de Kageyama (ya tenía el privilegio de llamarlo así) resonó por toda su habitación.
— Cause, ah-ah, I'm inthestarstonight! So watch me bringthefireandsetthenightalight!
Escondió la cabeza abajo de la almohada, soltó un gruñido y movió sus pies, haciendo que la sábana se moviera. Alargó su brazo para agarrar su celular de la mesa pequeña que tenía a lado de su cama, lo prendió y miró la hora, entrecerró sus ojos para acostumbrarse a la luz.
— No me lo creo...
— So I'malightituplikedynamite, whoa!
— ¡Son las siete de la mañana, maldito loco! — Lloriqueó como niño pequeño, se preguntó muy en el fondo si debía decirle a su mamá sobre cambiarse de casa. Pero por este día por suerte no lo soportaría más, ya que saldría con sus amigos.
Realmente tenía sueño, pero no pudo hacer nada más y decidió adelantar un trabajo que le faltaba terminar para el colegio. Así que con todo su pesar fue a lavarse el rostro al baño y cambiarse de ropa.
Al pasar dos horas en las que trabajó, su mama lo llamó para desayunar y fue al comedor junto con Natsu.
— Shoyo, ¿dormiste bien? — Su mamá lo miró preocupada, conocía que su hijo podía ser energético, pero cuando trataba de dormirse, era como una roca.
El nombrado negó con cabeza y le platicó sobre lo que había pasado, haciendo que suspirara. Ella también conocía al muchacho
— ¿Podríamos cambiarnos de casa, por favor? — Juntó sus dos manos en forma de suplica, agachando su cabeza. Natsu chilló en protesta.
— ¡No podemos irnos, me gusta estar aquí porque tengo amigas!
Hinata se quitó de su posición y la miró ofendido.
— ¡Pero-
— Ya la escuchaste, no podemos cambiarnos sólo porque te molesta el vecino.
Su rostro mostraba una expresión molesta, para después cambiarla a una de decepción.