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Aún así, creía que no te dejaría de odiar.

Nuevo día, nueva misión

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Nuevo día, nueva misión.

Shoyo se levantó de la cama con el propósito de ir a la casa de su vecino, estaba listo para enfrentar lo que viniera. No se iba a echar para atrás ahora que había agarrado el coraje.

¿Su dignidad? Podía volver a recuperarla cuando bloqueara a Koutaro en voleibol. Ahora su mente estaba en recuperar su preciado balón.

Al terminar de lavar el plato que usó para comer, decidió que era hora de ir. Toda la mañana escuchó a Kageyama gritarle a sus amigos, y extrañamente su mamá no lo regañó una sola vez.

Por lo que a veces escuchaba, suponía que tenía una hermana mayor, ya que ocasionalmente oía una voz femenina más madura pero suave. También tenía papá, porque entraba a su cuarto y le preguntaba qué estaba jugando, a lo que Kageyama le respondía gritando el nombre. Y no, con nadie de su familia moderaba su voz. Pobre de sus cuerdas vocales.

Eran las cuatro con veintidós minutos de la tarde cuando le dijo a su mamá que saldría al parque con Kenma y Tadashi. Les había dicho que cuando regresara de su exitosa misión, los iría a buscar ahí para jugar. Los chicos se burlaron por exagerar, pero aceptaron.

Fue caminando hasta la otra cuadra donde se supone que vive Kageyama, pero...Ahora que se acuerda, no sabe cual es la casa exactamente. Un aplauso para él mismo al ser un idiota. Siguió caminando a pesar de sentirse perdido, iba viendo cada una, teniéndose que acordar de la pintura blanca y el patio un poco descuidado.

Tardó cinco minutos en buscarla, hasta que desvió la vista por una voz que se quejaba en susurros. Era un chico que estaba sacando la basura en una bolsa negra, para después depositarla en un bote que estaba afuera.

— Que asco de olor, no sé que tanto tiran.

Esa voz...¡Esa voz pertenecía a Kageyama!

A Shoyo se le formó una sonrisa, pero la borró al instante al ver que era él. No importa ahora eso, lo que importa es recuperar al amor de su vida, o sea, su balón.

— ¡Kage-! Digo, ¡vecino, vecino! — Fue corriendo hacia él, observando que Kageyama lo volteó a ver con cara de espanto.

Iba a meterse a su casa para cerrar la reja pero Shoyo fue más veloz, dando un gran salto y así estar enfrente de él, a pesar de que los separara el objeto que llegaba hasta las caderas.

— Um, hola, perdón por esa primera impresión — Shoyo esperó que el otro dijera algo, pero este sólo se le quedó viendo con cara seria y enarcando ligeramente la ceja. — Sí, este...Iré al punto. Ayer estaba jugando voleibol en mi patio y por accidente cayó en el tuyo, ¿me preguntaba si por favor podrías pasarmelo?

Kageyama soltó un suspiro de cansancio, odiaba lidiar con personas que parecían tener mucha energía. Shoyo estaba esperando una respuesta con una sonrisa pequeña, no quería verse tan hipócrita.

 Kageyama asintió sin mirarlo. — Ahora vengo.

— Está bien, ¡aquí te espero!

En automático Shoyo se puso a rezar para que Kageyama no trajera un arma blanca consigo mismo, para después dispararle por interrumpir su hora de juego. Pero recapitulando, era la primera vez que lo veía de frente y más cerca. Algo que destacaba de él, es que podía analizar a la persona físicamente de manera rápida, sin necesidad de verle demasiado.

Pudo notar que su cabello era negro azabache, como si retara al día diciéndole que no le necesitaba. Ojos eran azules, podía ser como mar, no tanto como el cielo, la forma que tenían eran rasgados, cautivadores. Piel pálida, obviamente porque no salía, y quizás bien podría ponerse bloqueador si es que ocurría el milagro de dejar su habitación.

Tal vez Shoyo le pudo gustar físicamente.

A los diez segundos Kageyama volvió con el balón en las manos, se lo entregó y gracias a ese acto se dio cuenta de la diferencia de estatura. Kageyama era más alto que él.

— Muchas gracias...— Alargó la última letra esperando que le dijera su nombre.

— Kageyama — Lo miró entrecerrando los ojos, como si le pidiera que ya se fuera.

— ¡Oh, claro! Soy Hinata Shoyo, gusto en conocerte — Le crecería la nariz como Pinocho.

Kageyama asintió, y aunque Shoyo no se lo esperaba, le dijo:

— Eres bajo, pensé que tenías como trece años.

Shoyo abrió la boca para reprocharle, pero en su lugar su rostro se calentó por el enojo, se despidió moviendo la mano y le dio la espalda para seguir con su camino.

Iba dando largos pasos y llevaba entre su brazo derecho el balón, no podía creer lo que acababa de escuchar.

De acuerdo, muchas veces se burlaban de él diciendo que si era un niño que se escapó de primaria, ¡pero en otras ocasiones parecían decirlo en serio! La única ventaja que tenía su estatura, era que podía cuidar a Natsu en esos juegos de McDonalds, aunque hubo una que otra vez que niños lo acusaban y un encargado iba a sacarlo. No podía engañar a todos.

Pero esta vez era diferente. ¡El vecino insoportable era alto! ¡¿Pero cómo?! ¿Cómo es que era posible si literal no hacía nada más que estar sentado? ¡Era injusto!

Le daba igual si era lindo visualmente, que le jodieran por ser más alto que él.

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— Shoyo, no creo que sea para tanto — Kenma lo miraba cansado. Desde que llegó con ellos les contó inmediatamente lo que pasó. Yamaguchi se rió al igual que él, no creyendo que su suerte a veces fuera tan mala.

— No es la primera vez que te dicen algo así, ya se te va a pasar.

Los tres habían formado un círculo para pasarse el balón, mientras lo hacían estaban platicando.

— Lo sé, pero el caso es que fue él quien me lo dijo. Me cae mal y  con más razón me molestó su estúpido comentario — Gruñó y los dos chicos suspiraron.

— ¿Pero no dijiste también que...? — Kenma miró a Yamaguchi para que le ayudara a continuar.

— ¿Que era muy guapo y te moriste por él?

— ¡No dije eso, mentirosos!

Yamaguchi y Kenma volvieron a reír al ver el rostro sonrojado de Shoyo.

— Será muy lindo y todo, pero sigue siendo un estúpido.

— Pero piensas que es guapo.

— ¡Menti-! - Y el balón cayó directo a su cara.

— ¡Menti-! - Y el balón cayó directo a su cara

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La primera interacción de ese par de gays !!

Y bueno, Hinata tiene otra razón para que Kageyama le caiga mal, pero déjenlo, que se le puede pasar con el tiempo *guiño guiño*

Mi molesto vecino | KageHina [EDITANDO]Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum