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Parecíamos dos aves en un cable, la cuestión es que yo ya sabía volar.

Parecíamos dos aves en un cable, la cuestión es que yo ya sabía volar

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Había pasado una semana desde que Kageyama le mandó mensaje. Desde ese momento no se habían vuelto hablar, era como si volvieran a ser dos desconocidos.

Shoyo sólo escuchaba como Kageyama gritaba en sus videojuegos, quejaba y su mamá lo regañaba.

Todo volvió a ser como el principio, y Shoyo no sabía como sentirse.

En primer lugar porque no le escribió nada malo a Kageyama, a no ser que el tipo se lo haya tomado de mala gana. Había muchas posibilidades para que alguien como él se lo tomara así.

Le carcomía el saber por qué, pero tampoco quería mandarle un mensaje.

— Oye, Shoyo, está bien que tengas un resfriado pero no me ignores.

Ahora mismo estaba en la casa de Kenma. Estaban viendo una película en la pantalla de el teñido, ya que este tenía Netflix. Pero le había dejado de poner atención desde hace rato por estar pensando.

Hinata volteó con él. Tenía el labio fruncido y una ceja arqueada, estaban acostados en la cama a lado del otro.

— Perdón — Suspiró, al momento de eso estornudó. Kenma rodó los ojos y le pasó la caja de pañuelos.

— Andas muy distraído, dudo que sea porque estás enfermo — Puso pausa a la película, se sentó y lo miró con una leve expresión de preocupación.

Hinata lo imitó, quedando así de frente. Hinata tenía la mirada baja sin decir nada. Quizás no sólo se sentía mal por tener un resfriado, también podría ser porque, sólo tal vez, extrañaba un poquito a Kageyama.

Kenma puso la mano en su hombro, le dio un apretón y le revolvió el cabello.

— Sabes que puedes decirme lo que tienes.

Hinata levantó la mirada, encontrándose con una ligera sonrisa de Kenma. El chico podía ser adorable cuando quería.

Hinata suspiró, empezandole a contar lo que había pasado. Obvio que ya sabía que iban a salir, pero no le platicó sobre la segunda vez. Kenma escuchaba atento, hasta que terminó de hablar y echó una pequeña risa.

— Kageyama es otro idiota con cara de culo.

— ¡Kenma! — Lo miró enojado, pero al ver la expresión de Kenma diciéndole que tenía razón en lo que decía, rodó los ojos. — Bueno, sí.

Mi molesto vecino | KageHina [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora