XXIII. SECUESTRADOR.

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LUEGO DE UNOS DIAS

— "No creo que realmente Jared le haya hecho algo a Ettan..." – Comentó Verónica con algo de angustia.

— "¿Porqué estas segura?" — Preguntó Humberto.

— "Simplemente lo sé." — Dijo.

— "Algo tiene que ver, estaba furioso por la boda de Ettan." — Dijo Yolanda.

Louis seguía en el fondo en silencio, preguntándose si era momento de hablar lo del amorío de Jared y Ettan que supuestamente había quedado en el pasado.

— "Si. No sé. Su aparición fue realmente extraña, no tenía nada que ver con nosotros, ya habíamos cerrado el problema." — Agregó Sharon.

— "Es un idiota. Lo hizo solo para molestar, aunque también me he preguntado lo mismo..."

— "Verónica mintió por encubrirlo." — Comentó Louis en tono de voz bajo.

Verónica lo miró sorprendida para luego bajar la cabeza. Todas las miradas se fueron a ella.

— "¿En qué mentiste?" — Preguntó Humberto.

— "Si mentí. Hay otra razón por la cual Jared apareció en la boda de Ettan y la razón es porque... ellos tenían un amorío." — Dijo.

La mesa se quedó en silencio.

— "Están jugando una broma." – Dijo Humberto quedándose sin voz.

— "No es una broma, no quería decirlo. Porque él ya había terminado con él, le había cortado."

— "¿Desde cuando? ¿Desde cuando sabías esto y nunca nos dijiste nada?"

— "Todo empezó desde que... Ettan se fue a su casa con el motivo de reducir la deuda."

Humberto golpeó la mesa molesto. Furioso por lo que estaba escuchando. Molesto porque sus propios hijos lo habían burlado, molesto porque su hijo menor se había metido con un desgraciado que les había arruinado la paz.

— "Todo este tiempo ellos han estado juntos... con razón no lo asesino cuando le encontró."

— "Ettan lo había dejado. Ellos realmente nunca tuvieron nada serio, y Ettan ya no le veía."

— "Le llamaba. En nuestra luna de miel le llamó, ¿Que dice que no lo haya vuelto a hacer?"

— "Ese hijo de...." — Dijo Humberto con pesar.

— "Papá..."

— "Quiero verlo frente a mí, quiero que me mire a la cara y me diga que realmente se acostaba con ese maldito mientras nosotros sufríamos! — Volvió a golpear la mesa — ¡Maldito!

— "Papá, cálmate." — Insistía Yolanda viendo como el rostro de Humberto se ponía rojo y parecía ahogarse.

— "¡No voy a calmarme! Ese maldito... quiero tenerlo frente a mí, quiero que lo encuentre no me importa como, ni cuando... ese maldito Jared..."

— "No sabemos donde está." — Dijo Veronica con el tono de voz más bajo.

— "¡Encuéntrenlo! ¡No me importa como! ¡Y ese maldito de Jared va a... a... verse conmigo! — Yolanda fue por un vaso de agua para dársela a su padre que de inmediato tomó mientras intentaba relajarse.

JARED

Llegué a la misma hora de siempre, y allí estaba él esperando por mí. Hace días que esto se había vuelto costumbre, y debo de admitir que no me molestaba.

ME ENAMORÉ DE UN DESGRACIADO.Where stories live. Discover now