XXXI. ¿ACEPTAS?

930 71 3
                                    


ETTHAN

Había estado pensando en él toda la noche luego de verle. No podía sacarlo de mi mente y por más que intentaba no pensar en él todo me traía recuerdos con él.

Creo que mi familia ya había empezado a importarme poco, era obvio que ya no los iba a recuperar, tampoco era que había sido tan desgraciado para ser desechado de tal forma.

Comencé a organizar mis cosas en mi casillero como solía hacerlo hasta que mi jefa se acercó de nuevo a mí para decirme que él esperaba por mí. Respiré profundo, otra vez.

Debía de hacer que no me importaba, y si pude soportar el primer día ¿Porqué no el segundo? Caminé a la habitación con total seguridad de mi mismo, y que no dejaría que nada pasará entre los dos.

Estaba convencido de que lo dejaría impactado. Al entrar las luces estaban tenues como siempre, encendí la música y justo en ese momento comencé a moverme de espacio por la habitación, con más seguridad.

Llevé mis manos por encima de mi cabeza de forma sensual mientras movía mis caderas en un zigzag, él me miraba fijamente, como si estuviera analizando cada uno de mis movimientos en total silencio.

¿Que planeaba provocar haciendo esto? Me quité la camiseta y se la lancé. Me sonrió pero yo solo estaba haciendo mi trabajo, ví como empuño la camiseta y la llevó a su nariz para olfatearla. Mi corazón salía de mi pecho.

Recosté mi espalda del tubo para deslizarme hasta abajo sensualmente. Y me invadía el deseo de escucharlo rogar, que me suplicara que me quedara, que hiciera el amor con él, que no podía estar sin mí.

Yo siempre me salías con las mías si a eso me refería.  Vi poner mi camiseta aún lado y encender un cigarro. Y justo allí abrí el cierre de mi pantalón sensualmente haciendo que bajara hasta parte de mi trasero.

Lo escuché toser una y otra vez, y supe que había visto mi regalo. Llevaba unas sexy tangas, ni siquiera las había visto completa, solo los bordes de mi cintura. Lo suficiente para estar fascinado.

— "Déjame verte completo." — Le escuché decir.

Así que me apresuré en quitarme el pantalón y mostrarle lo que había guardado. Le dí la espalda para que pudiera observar mejor lo que él había perdido. Escuché pasos, y me giré de inmediato pero él ya estaba de frente a mí.

— "No te acerques." — Le dije mirándole a los ojos.

— "No estoy cerca."

— "Si lo estás." — Le dije.

— "No quisiera pensar que de esa forma tan sensual, que puede excitar a cualquiera te mueves delante de un hombre que no soy yo."

— "Es mi trabajo."

— "Lo puedo aceptar si solo lo haces para mí."

Me quedé en silencio. Y sentí su mano deslizarse por mi rostro, y seguir deslizando su dedo índice por mi pecho, le separé la mano de mí.

— "No te he dado ningún permiso para tocarme."

— "No soy el padre. ¿Volverás conmigo?" — Dijo.

Sus palabras fueron sorpresas para mí.

— "¿De que estás hablando?"
— "Te digo que no soy el padre."

— "Me estas mintiendo."
— "No lo hago."
— "Ví la prueba."
— "¿Y? Era mentira."

— "No lo era. Es injusto de tu parte que quieras decir que ahora no es tu bebé para hacer que regrese contigo."— Comenté molesto mientras caminaba hasta el lugar donde estaba mi bata.

ME ENAMORÉ DE UN DESGRACIADO.Where stories live. Discover now