capitulo 22

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Pov. Narrador
Por sus pulmones corría el aire frio del ambiente lleno de adrenalina que en un hombro a su mejor amigo traía y en el otro a una pequeña niña de ondulaciones alvinas, con el rostro ensangrentado y la vista teñida de un rojo carmín llego con la armada de oficiales que le esperaban en un lugar ya tomado de aquel complejo subterráneo. Con ambos en brazos y escoltado por los policiales lograron llegar al punto seguro con su objetivo entre sus brazos, esa niña de mirada perdida y extremidades vendadas.

Con la vista buscaba aquello que su corazón anhelaba pero que sin motivos su cabeza le decía que ya no estaba pues con cada minuto que pasaba sin llegar a verla su nerviosismo crecía, creyendo que quizás estaba ya de camino a dar su declaración o en los peores casos camino al hospital, pero nada ¿a quién quería engañar? Las lágrimas limpiaban el rojo de sus mejillas pensando lo peor. Pensando en esa pérdida jamás deseada.

Antes de llegar al extremo logro divisar aun grandote de 2m sabiendo perfectamente de quien se trataba cargando en brazos a un pelirrojo totalmente destrozado que corriendo con sus últimas fuerzas llego a ellos con preguntas que no sabía si quería que fueran contestadas y allí fue donde llego al límite de su estabilidad física luego de escuchar esas palabras que lo terminaron por destrozar.

Se encontraba como un niño sin vida sobre una cama con la mitad de su rostro vendado mirando el techo pesando en lo que le habían anunciado "ella logro vencerlos, pero no pudo con todo..." sellando así la perdida de la primera persona que le había generado un distinto tipo de nerviosismo ese que le gustaba sentir porque significaba que la tendía cerca, pensando en cómo sería si él se hubiera quedado a su lado. En sus cartas le dijo que sería genial si algún día podrían llegar a ser compañeros y si lo habían hecho, pero aún les quedaban muchas aventuras juntas que ahora no llegaran a ser posibles del todo.

Los días pasaron dejando perdidas y heridas que no se dejaban cicatrizar, pero día a día se levantaba de su camilla acompañado con una muleta la cual le facilitaba la acción de caminar para ir del cuarto de Kirishima en donde se encontraba casi todo el tiempo con su pareja que no dejaba de verlo con odio, aun recordaba el primer día que se lo cruzo en el hospital. Estaba en la habitación de Kirishima quien se encontraba con ambos brazos rotos y completamente vendado siendo el segundo en llegar acompañado por la madre del pelirrojo no tardo en dedicarle la peor mirada de asco y decepción, pero lo que más se veía era tristeza y odio hacia ese chico alto de cabellos oscuros con la cara vendada.

- ¡todo esto es tu maldita culpa!- le gritaba tomándolo de camisa que el hospital le otorgaba a los pacientes- ¡ella ya no está aquí y todo porque la dejaste sola maldito bastardo! ¡sabía que no eras bueno para ella! ¡fuiste lo peor con lo que se pudo haber cruzado!- si no hubiera sido por los enfermeros que le pidieron que se calmase o que abandonara el establecimiento hubiera seguido y tampoco es que él le hubiera detenido, cada palabra que salía de la boca del rubio pues para Tamaki tenía toda la razón del mundo. 

Pero aun así seguía con esa rutina de los últimos días yendo a la habitación del pelirrojo para ver que tal todo y terminar en ese cuarto que le recordaba que era la peor basura de este mundo, su cuarto, el cuarto en donde ___ descansaba sin dar signos de querer despertar. Pues ya cuatro días habían pasado y seguía ahí con un respirador conectado a su garganta o al menos así lo recordaba él.

Al entrar pudo verla esta vez solo con una mascarilla que le proporcionaba oxígeno, le pregunto a la enferma y le comento que estaba presentando mejoras dado a la razón de la ausencia de ese tubo que le travesaba la tráquea. Al igual que en los últimos días tomo asiento a su lado mirándola durante horas llorando mientras le pedía perdón rogándole despertar hasta quedar dormido sin soltar su mano.

Siendo despertado como todos los días por una de las enfermeras pidiéndole que regresara a su cuarto, a duras penas volvía pensando que en cualquier momento ella podría despertar y leer cada una de las cartitas que le dejaba en la mesa que se encontraba al lado de su camilla las cuales les leía el mismo. Escribiéndolas para nada ya que según Mirio ella no podría leerlas, pero no le importaba ya que por sí mismo le leería una nueva cada día hasta que ___ volviera a recobrar la conciencia.

Así que si, allí estaba una noche más sentado en ese lugar el cual por el momento consideraba su hogar escribiendo algo más, sin dejar de pensar en los momentos tan lindos que pasaron juntos y en los que él anhela atesorar pronto.

[Me estaba por acostar muy a gusto ya que el día de hoy fue pesado y mi cerebro fue de "vamos a escribir que se me acaba de ocurrir algo bien hermoso asiqué a mover esas patitas" en fin, tuve mi momento de inspiración. Besitos y disfrútenlo

¿Que tan mala eres? [Tamaki x tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora