Fantasies - Eremika One Shots

Feliz cumpleaños

(Justamente el 10 de febrero es cumpleaños de Mikasa, por lo que este capítulo tratará de eso, espero les guste :3)
CONTIENE SPOILERS DE LA 4TA TEMPORADA
Este One Shot está situado en la 4ta temporada.
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A dicha chica de cabello corto, de color azabache... ¿por qué no le interesaba ni le causaba tanta felicidad su cumpleaños?, el día en el cuál llegó a este mundo tan cruel, y bello a la vez como ella solía decir.

Probablemente sea porque tales personas, que complementaron tanto su vida se habían retirado de este mundo un tanto temprano.
No disfrutaba ese sentimiento tan frío y melancólico de tener que pasar "su día especial" sin su madre, sin su padre que tanto los adoraba. Sin su mejor amiga Sasha... o mejor conocida por todos como "La chica patata", el cual dicho apodo siempre le causaba una leve sonrisa.
Todo esto lo pensaba un día antes de su cumpleaños, sentada al lado de la lápida que tanto le lastimaba ver, que le causaba siempre ese sabor amargo que provocaba esos ojos llorosos en su rostro que a nadie le gustaba ver... al lado de la tumba de Sasha, aunque a veces era reconfortante pensar que aún así podía estar a su lado.

¿Por qué celebrar? ¿Por qué estar felices de un día el cuál recordará el principio de dicha vida, que tarde o temprano se marchará del mundo?
Vaya que Mikasa era demasiado pesimista a veces, algo que a Armin, Jean, Eren, Connie... y Sasha nunca les gustaba.
Ella no era así siempre, bueno, no con tanta tristeza. Claro que por una parte a ella le emocionaba la idea de poder vivir más, y estar completamente agradecida de poder seguir con vida, y recordar lo fuerte que había sido.
Desgraciadamente estos últimos años, no fueron para nada fáciles, algo que empeoraba las cosas.

A la mañana siguiente, Armin entró demasiado feliz a la habitación de Mikasa (claro, siempre pidiendo permiso de si podía pasar por ser todo un caballero), a ver el rostro de su mejor amiga y confidente, tan feliz de un año más de vida que ella cumplía, y un año más que él había podido pasar con ella.
Mikasa se encontró con un abrazo gigante, lleno de amor y felicidad que ella podía llegar a sentir por tanta energía positiva que radiaba su mejor amigo... el siempre daba los mejores abrazos.
— ¡Mikasa, feliz cumpleaños! — Dijo Armin con una gran sonrisa de oreja a oreja en su rostro.
— Gracias Armin — Dijo Mikasa con una bella sonrisa, pensando en lo bien que empezó su día.

Ambos amigos se dirigieron al comedor, y para la grata sorpresa de dicha chica, estaban todos felices por su día especial, claramente faltaba alguien a quien todos recordaban con una sonrisa... pero... faltaba alguien más.
— ¡FELIZ CUMPLEAÑOS MIKASA!— Gritaron todos a la vez.
— Gracias chicos, en serio, aprecio mucho lo que hacen por mi, gracias por estar el día de hoy conmigo. — Dijo Mikasa sonriendo con los ojos llorosos, volteando a ver a todos y a la mesa, que en el centro estaba un pequeño pastel.
— Te queremos mucho — Dijo Jean en representación de todos, según él.
Todos desayunaron felices saboreando ese rico pastel que Niccolo había preparado para ellos.
No obstante... faltaba la persona a quien más amaba en su vida... Eren. Eren estaba en la cárcel subterránea, pensando en que estaría haciendo ella ahora, pensando y pensando que estarían haciendo si el no estuviera encarcelado, arrepintiéndose por los errores que había cometido que como consecuencia causaban que el no estuviera a su lado en ese día tan bello.

Por otro lado seguía Mikasa disfrutando y riendo con todos sus amigos, que por momentos hacían que desaparecieran esos pensamientos tan lúgubres que ella tenía.
El día pasó un poco más feliz que el típico día que todos vivían constantemente desde sus días como novatos en la Legión.

Mikasa, en el atardecer fue con Armin, Jean y Connie al cementerio para platicar un rato con Sasha, derramando lagrimas de tristeza y felicidad al mismo tiempo.
Armin y Mikasa decidieron marcharse antes, para poder convivir como en los viejos tiempos, en esos tiempos felices sin preocupaciones que tanto extrañaban. Tuvieron un regreso tranquilo, recordando anécdotas bastante alegres y hablando como hace mucho no lo hacían, pero, finalmente llegaron al tema de dicho chico de ojos verdes...
— ... oye Mikasa, ¿qué has pensado de Eren últimamente? — Armin al decir esto en serio se preocupaba por pensar que no era el momento adecuado de hacer tal pregunta.
— Pues verás Armin, tú sabes perfectamente el cariño y aprecio que le tengo a Eren, pero, no significa que lo siga viendo con los mismos ojos de antes ¿sabes? Se que lo que ha hecho está demasiado mal, sin embargo, sé quién es el cómo persona, conozco su personalidad como la palma de mi mano, por lo que sé perfectamente que todo lo que está haciendo... — Se detuvo sin avisar por esa voz quebrada que empezaba a sobresalir. Desgraciadamente a Mikasa no le gustaba hablar mucho del tema.
— Es por un bien que ni nosotros podemos comprender...— Interrumpió Armin.
— Sí. — Ese último "sí" que Mikasa dijo, dió a entender que no quería hablar de Eren en estos instantes, Armin y ella sabían que Eren tenía sus razones por un sufrimiento diferente al de ellos, pero aún así, Armin y Mikasa tenían diferentes puntos de vista.
Siguieron conversando de diferentes temas hasta llegar a los dormitorios, sin darse cuenta ya era bastante tarde y tenían que ir a descansar. Se despidieron con un cálido abrazo, prometiéndose que el día siguiente sería mejor que los anteriores, estando agradecidos por los momentos de antes esperando que haya días en los que se encuentre ese rincón de paz que tanto les costaba encontrar.

Mikasa estaba arreglando su cuarto para poder descansar de el día tan largo que tuvo, recordando esa platica de Eren horas antes, hasta que tocaron a su puerta. Sorprendida fue a ver quien la buscaba a esas horas de la noche... y ahí estaba a quien tanto deseaba ver.
— Feliz cumpleaños Mikasa...— Dijo Eren esperando que lo dejara pasar a su habitación.
Mikasa sin pensarlo dos veces se abalanzó contra él dándole un fuerte abrazo que ni siquiera Eren se esperaba.
— Estás aquí... espera... ¡estás aquí!— Mikasa dijo entrando en razón acerca de la situación. — ¿¡Escapaste!? ¡Pero porque haces eso! Te van a enca... — Fue interrumpida por un abrazo lleno de sinceridad por parte de Eren.
—... lo lamento, pero era necesario.
—... está bien... pasa — Mikasa abrió paso para que Eren pudiera sentarse y conversar el tiempo que pudieran esperando que no se dieran cuenta que él ya no estaba su celda.

— Y... ¿qué tal tu día?— Dijo Eren rompiendo el hielo.
— Mejor de lo que esperaba a decir verdad...
— Yo... lo lamento...— Fue interrumpido por la azabache
— ... ¿podríamos no hablar del tema por hoy? No quiero discutir.
— Está bien... entonces ¿quisieras platicarme tu día?— Acabó de decir Eren.
Mikasa le resumió su día, contándolo con un pequeño brillo en sus ojos, algo que a Eren le agradaba un poco, pero dejó de ponerle atención al quedarse perdido viendo su mirada, dándose cuenta que ella no lo merecía y estaba dispuesto a marcharse. Empezó a levantarse de su asiento y se dirigió a la puerta de manera automática sin darse cuenta. Hasta que vió como Mikasa empezaba a ocultar su cara en esa bufanda roja.
— Creo que es mejor que me vaya, podrías meterte en problemas si se enteran que hablaste conmigo — Recalcó Eren.
— Sí... creo que tienes razón— Contestó Mikasa con un tono que mostraba tristeza.
Eren analizó la situación y otra vez la estaba hiriendo como de costumbre, intentó remediar las cosas teniendo en cuenta que si es que se volvían a ver, puede que esta sea la última vez que estén "en paz".

Eren regresó a donde se encontraba sentada Mikasa y le dió un abrazo por la espalda, demasiado fuerte y a la vez un abrazo demasiado débil. — Te quiero — Dijo Eren con un poco de arrepentimiento después de pensar lo que había acabado de decir, le daba igual si la quería de forma romántica o como amigos, no quería quedarse pensando en eso después, pero por lo menos dijo esas palabras con sinceridad.
Se separo de ella y salió del cuarto, entrecerrando la puerta solo se escuchó un "Feliz cumpleaños" mientras se acababa de cerrar completamente la puerta.

Así fue como se acabó el día especial de Mikasa, dándole más vueltas de lo que esperaba al asunto.

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