Cita

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Eren
Al pasar tanto tiempo en la legión de reconocimiento, no me di cuenta de que nunca pude salir con alguien, ni hacer las actividades de jóvenes normales. Si, tenía a una y a una sola persona en mente para poder cumplir un sueño antes frustrado, el cual era salir con la chica que me gustaba.

Antes, el escuchar como mi padre conquistó a mi madre era un tanto vergonzoso. Ahora era mi turno de poder crear esos momentos para contárselos a alguien más.

Eran aproximadamente las 6 de la tarde, cuando apenas empezaba a anochecer cuando me armé de valor y por fin pude decirle a aquella chica lo que tenía en mente, con indirectas, claro.
— M-mikasa, ¿estás libre hoy?
— Tengo que acabar unas cosas con Sasha en unas horas ¿por qué?
— ¿Estás libre en la media noche?
— ... si, ¿pasa algo? — se le notaba confundida.
— Solo no te quedes dormida. — me fui lo más rápido que pude. Hasta el hablar en voz alta con ella me resultaba difícil.

Pasaron las horas. Esperé hasta que todos acabaran sus labores, también a que acabara la hora de la cena para ponerme manos a la obra.
El reloj marcó las 11 y media, tenía todo listo.

Mikasa
Me encontraba en mi cuarto un tanto desesperada, ya que Eren nunca me dijo el porqué quería que no durmiese todavía.
Sasha estaba completamente dormida al lado de mi, muchas veces hacíamos eso, al estar en nuestro cuarto juntas era común platicar en la misma cama y caer totalmente dormidas, por lo que se nos hizo costumbre.

El sueño empezaba a hacerse presente, no quería dormirme pero el ambiente era tan acogedor que mis párpados empezaban a pesar, hasta que escuché unos golpes en la ventana.
Me levanté de golpe, todo el sueño antes presente se había esfumado por completo.
— Psst~ Mikasa..~ — escuchaba a través de la ventana. — Mikasa...~.
Me asomé por la ventana, intentando no despertar a Sasha y lo ví lanzando pequeñas piedras hacia la ventana.
— ¿Eren? ¿Qué sucede? — dije en un tono de voz bastante bajo, pero por la soledad y el silencio que nos rodeaba se podían escuchar con claridad los susurros.
— Ven conmigo — susurrando — Te ayudaré a bajar por la ventana.
— ¿Qué piensas hacer Eren? Nos meteremos en problemas.
— Solo sígueme.
— No quiero despertar a Sasha.
— ¿Vienes o no?
—... — suspiré — Espera ahí.

Busqué mis zapatos, me asomé por la ventana e hice una señal para avisar que iba a bajar. Habían unas escaleras olvidadas afuera de los dormitorios, por lo que el bajar no fue difícil mientras Eren tomaba la escalera con fuerza para no caerme.
— ¿Lista?
¿Lista? ¿Para qué? ¿Qué tenía planeado?
— ¿Qué piensas hacer?
— Un juego de niños... una ridiculez — dijo tratando de excusarse. — ¿Quieres salir conmigo ahora?

Eren
Al ver su cara de confusión no tuve otra opción de confesar lo que quería hacer.
— Sí...
— Ven, sígueme.
La tomé de la mano para empezar a correr hacia los establos, tomamos mi caballo, la ayudé a subirse y empezamos el viaje.
— ¿Hacia donde vamos Eren? — dijo mientras rodeaba mi cintura con sus brazos para sostenerse. Mi corazón empezaba a acelerar sus latidos.
— A un lugar que hace mucho no visitábamos. —
Empezamos a cabalgar aún más rápido, iba a ser un recorrido muy largo.
— ¿Acaso llegamos a... — la interrumpí.
— Shiganshina.

No habíamos regresado desde que entramos al sótano, estaba muy solo, no había ni un solo ruido.
Pasamos por nuestra antigua casa, la nostalgia nos invadió un poco solo por unos minutos.
— ¿Hasta donde vamos?
— ¿No te es familiar el camino?
Llegamos hacia el árbol que estaba lleno de memorias.

Mikasa
Al llegar a aquel árbol, bastante viejo por cierto, había una manta en el suelo... y comida.
— Es un picnic — dije ensimismada.
— Un picnic en la madrugada. Poco convencional ¿no crees? — dijo un poco avergonzado.
— Un poco — dije esbozando una sonrisa.
Tomamos asiento y empezamos a comer los pequeños bocadillos que estaban en una canasta.
— ¿Vino? — dije un poco asustada, teníamos prohibido beber.
— Solo nos alcanza para una copa para cada uno... solo es por esta ocasión, además, acabamos de cumplir la mayoría de edad así que no hay problema. P-pero si no quieres tomar esta bien, puede que me haya sobrepasado un poco. — dijo tartamudeando un poco.
— Hmm está bien, solo por esta vez.
Nos servimos un poco y decidimos brindar bajo la luz de la hermosa luna llena.
— ¿Por qué brindamos? — dijo pensativo.
— Porque siempre seamos felices... y que siempre estemos unidos en las buenas y...
— Y en las malas — dijo mirándome directamente a los ojos, con una hermosa sonrisa.

Después de unas cuantas horas, empezó a amanecer.
— Antes de irnos, quiero hacer algo. — sacó el equipo de maniobras, se lo colocó y colocó el mío demasiado rápido.
— Sígueme — me tomó de la cintura, expulsando las anclas hacia la muralla, haciéndonos subir hasta lo más alto de esta.

— Siempre soñé con ver el amanecer de esta manera. — dijo hipnotizado por el hermoso paisaje que nos rodeaba.
— Ya lo hemos visto así, pero se siente diferente ahora.
— Lo sé, es porque estoy contigo. — su mirada cambió, sus mejillas se tornaron de un color carmín muy claro, su cabello castaño ya un poco largo junto con sus ojos brillaban al compás de los rayos de sol mirándome fijamente.

Eren
Su belleza me tenía hipnotizado, al ver como su tez clara brillaba, y su cabello negro como el cielo en la noche, junto con sus ojos grises mirando directamente hacia los míos. Pude sentir como nuestro pulso y corazonadas se sincronizaron justo en frente de un hermoso paisaje.

(Mikasa)
— Es hermoso — dije desviando mi mirada de la suya, su mirada penetrante hacía que mi corazón esté en una bandeja de plata solo para el.
Quedamos ensimismados un buen rato hasta que el sol casi salía por completo.
— Llegaremos tarde, se darán cuenta que no estamos. — dije recuperando consciencia.
— Estaremos bien, Armin nos cubrirá... pero es mejor regresar ahora.
Bajamos de la muralla y subimos de nuevo al caballo, siguiendo el mismo camino que nos trajo hasta este hermoso momento.

Eren
"Creo que al fin moriré en paz" decía en mi mente.
Jamás olvidaré esta hermosa velada.

Fantasies - Eremika One ShotsWhere stories live. Discover now