Reencuentro

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(2da parte)
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Mikasa
Cerré mis ojos de nuevo, y todo dió inicio.

Me encontraba en lo alto de una montaña algo pequeña, todo mi alrededor estaba cubierto de niebla, tan espesa que solo podías ver medio metro con esfuerzos.
— ¿Estás aquí? — escuché la voz tan hermosa de Eren a lo lejos.
Pude notar como su silueta se acercaba más a mi, haciendo un ademán para saludarme, para después tomar asiento a mi lado.
— ¿Sabes? Encontré una manera para comunicarme contigo, es a través de tus sueños. Puede que suene como algo sin sentido, pero necesito que me creas. Por favor, créeme. — dijo serio.
— Entonces... ¿tú no eres producto de mi imaginación en estos instantes? — mis ojos se cristalizaban rápidamente, en señal de esperanza.
— No, es una realidad alterna. — esbozó una sonrisa. — Mikasa... ¿puedo abrazarte? — asentí mientras sus ojos cristalizaron al igual que los míos.

Eren
Al abrazarla, sentí ese calor en el pecho que empezaba a olvidar. No quería soltarla, me negaba a dejarla ir.
Lágrimas se acumulaban en mis ojos, dentro de poco estas mojaron el suéter hermoso que ella traía puesto, decidí esconder mi cabeza en su cuello mientras lágrimas comenzaban a fluir, así mojando su cuello. Era una sensación tan agradable, cómo el envolverte en mantas en un día terriblemente frío, o el estar dormido al lado de una fogata que calma emociones.

Mikasa
Al sentir sus brazos alrededor de mi, junto con el peso de su cuerpo recargado en el mio, su voz, el palpitar de su corazón, el ambiente se pausó.
Tanto miedo acumulado se hacia presente en mi pecho y estómago, el clima se tornó terriblemente frío, lágrimas no salían de mis ojos y creía que nada era real, tal vez abrazaba a un fantasma y nada de esto era verdad, tal vez solo era un sueño como los demás. — No sabes... cuánto te extrañé todo este tiempo... — dichas palabras resonaban en mi cabeza, devolviéndome al ahora.

Los dos jóvenes mantuvieron el abrazo demasiado tiempo, quedando absortos en este que perdieron la noción del tiempo entre sollozos y lágrimas. Al decidir separarse, unieron miradas, miradas llenas de alegría, esperanza y tristeza.

— ¿Te sientes bien? O... ¿acaso esto fue muy repentino? — habló Eren, un tanto preocupado. La chica no había dicho nada en un buen rato.
— Si... solo que jamás... pensé en volver a verte. — lágrimas y lágrimas seguían cayendo.
— Oh, ya veo... en serio yo lo lamento Mikasa. No quería que todo terminara de esta manera, yo no quería morir... yo quería estar a tu lado. — dijo avergonzado. — Mikasa ¿segura que te encuentras bien? — la mirada que ella reflejaba estaba llena de asombro, sus ojos tan abiertos que se veían aún más bellos, junto con las lágrimas que caían lentamente. — Háblame, dime que sientes.
— Y-yo... — solo tartamudeaba. — No puedo creer que esté contigo ahora, eres real. Puedo tocarte y oír tus respiraciones, estás vivo... estás vivo aquí y ahora. Te extrañé tanto. — el llanto iba en aumento.
— Mikasa... ven. — extendió sus brazos en señal de que se abalanzara ante él. — Créeme que yo también te extrañé demasiado, pero ya no pienses en eso, cuéntame que has hecho, tu rutina y cómo están los demás, ¿está bien? — ella asintió mientras él acariciaba su cabeza.
— Los demás se encuentran bien, han zarpado y Armin ahora es uno de los salvadores, se han aliado y ahora están intentando hacer un mundo mejor. — empezó a calmarse, se soltó de su agarre para poder verlo firmemente a los ojos, extrañaba su mirada. — Mi rutina sigue siendo la misma, solo que estoy intentando rehacer mi vida, quiero ser feliz. Solo que, es más difícil si no estás tú.
— ¿Recuerdas los recuerdos que te mostré antes de morir? — ella asintió. — En otra línea de tiempo, estuvimos juntos... los dos, solos, como pareja. — Eren desvió la mirada, se había dejado llevar. — Por lo que quería tu permiso para, intentar hacer lo mismo, aunque sea aquí.
— Espera, eso significaría que tú... ¿me ves de esa manera? — la  esperanza en los ojos de la chica se hacía presente con un brillo en sus ojos.
— Siempre lo he hecho. — tomó la mano de la chica con sus dos manos. — ¿Aceptas?
— Acepto, Eren. — Eren acercó su mano para besarla e invitar a pararse para pasear, la niebla se había esfumado después de tal confesión. Era una vista espectacular, sacada de un cuento de hadas.

Dichos jóvenes, o mejor dicho, tal pareja, empezó a pasear por toda la pequeña montaña.
Mikasa decidió quitarse sus zapatos, y caminar  descalza por el pasto como cuando era pequeña. Eren decidió hacer lo mismo y arrancar una flor hermosa para dársela a ahora, su amada.
— Mikasa, con esta flor me despido el día de hoy, es hora de que despiertes. — claro, había olvidado que todo esto ocurría en sus sueños.
— Oh... — dijo sin ánimo.
— Pero tranquila, nos volveremos a ver de nuevo. Te ayudaré hasta que te encuentres mejor de nuevo ¿de acuerdo?
— De acuerdo.
Eren la tomó por su cintura y la elevó dando vueltas los dos, y al parpadear, despertó de nuevo.

Mikasa
Desperté, el sol empezaba a asomarse desde el horizonte, cuando, voltee a ver hacia la mesa que se encontraba al lado de mi cama, era la flor que me dió hace unos instantes al despedirse...

Fantasies - Eremika One ShotsOnde histórias criam vida. Descubra agora